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lunes, 16 de mayo de 2016

La Juventud de Montilla, una hermandad unida a nombres de Córdoba


Blas J. Muñoz. Hay viajes iniciáticos y recorridos que vuelven a dejar en su paisaje estampas reconocibles, no del pasado, sino del origen de la Semana Santa que uno comenzó a degustar a pequeños sorbos de admiración. En la Campiña, a los pies de la Subbética, las cofradías poseen uno de esos continentes históricos que explican la devoción de unas gentes que llegaban de la faena y, sin apenas tiempo para más, se dejaban llevar hacia las Imágenes que sentían, cuidaban de ellos. Y pruebas hay muchas de esta tradición, desde el Nazareno de Priego hasta el de Aguilar de la Frontera.

Contigua a esta última localidad, la vecina Montilla guarda auténticos tesoros que el cofrade avezado, bien sabe paladear. Historia que se proyecta en la andadura de una cofradía que, por joven, no deja de ser una de las más interesantes de nuestra provincia. Se trata de la Hermandad de la Juventud, cuyos lazos se anudan a la capital cordobesa, a través de nombres y apellidos que explican un sobresaliente patrimonio gestado durante los últimos años.

Así las cosas, las imágenes tanto del Señor de la Presentación al Pueblo como de la Virgen de Nazaret se corresponden a la autoría del imaginero cordobés Miguel Ángel Gonzaléz Jurado. Dos tallas de un excelso nivel, en que la Dolorosa de la cofradía de Salesianos recuerda a otras hermosísimas del autor, si bien propone un salto creativo en la faceta de un más que consolidado escultor.

Manuel Valera Pérez, probablemente uno de los mejores orfebres de nuestra geografía, ha venido elaborando de forma magistral durante estos años tanto la Cruz Pectoral, la Corona y el Puñal que luce la Virgen de Nazaret, destacando por tratarse de piezas ejecutadas con una precisión y un preciosismo propios de un artista del nivel más sobresaliente. Piezas que enlazan con otro de los nombres cordobeses que están siendo determinantes en la configuración artística de la hermandad, Julio Ferreira. A la labor creativa del mismo se debe el diseño de esta parte más que importante del patrimonio de la cofradía.

El más que afianzado bordador Francisco Pérez Artés también ha tenido eco en la corporación montillana por medio de la elaboración de una toquilla que luce la Santísima Virgen. Toda vez que Jesús de Julián, cuyos vínculos con la Hermandad cordobesa de la Paz han sido estrechos, es el diseñador de los respiraderos (realizados por Bordados Salteras), así como del Bacalao de la cofradía. 

Nombres cordobeses para una hermandad de Montilla que viene mostrando un crecimiento imparable y que, en 2015, se hacía con los servicios de una de las formaciones cordobesas en auge, la Agrupación Musical Santísimo Cristo de Gracia para dar cuenta de una de las relaciones más fructíferas entre Montilla y Córdoba.

Fotos Jesús Caparrós








Recordatorio Cristo de Gracia renueva con la Juventud de Montilla




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