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martes, 17 de mayo de 2016

Las bandas que marcaron la agenda cofrade


Blas J. Muñoz. Mientras el fin de semana delimitaba su núcleo central en el Rocío por medio de una participación más que relevante de la Hermandad filial de Córdoba y numerosos cofrades de la capital que allí se concitaban, en la capital del Guadalquivir las cofradías -penitenciales y letíficas- daban cuenta de una agenda que estuvo marcada por el papel de algunas formaciones más que relevantes de la ciudad.

Este era el caso de la Hermandad del Císter, la cual llevaba a cabo su tradicional Rosario con la Virgen de los Ángeles de Gloria, ocupando un papel más que reseñable la Banda de Música María Santísima de la Esperanza. Siempre es una delicia escuchar en directo a una formación que, además de dotarse de un estilo bien definido ha llevado a cabo una labor de recuperación del patrimonio musical que queda plasmada en su exquisito repertorio.

Una agenda también marcada por la procesión de San Juan Bautista de La Salle en la que participó una de las bandas que, poco a poco, va fraguándose, como es el caso de la Agrupación Musical Nuestro Padre Jesús de la Fe en su Sagrada Cena y que volvió a dejar sus sones en un mayo al que aun le resta su acompañamiento a San Juan Bosco el próximo día 24.

Finalmente, la tarde del domingo venía marcada por la salida a las calles de su barrio de la Hermandad de Fátima. Era el cierre de temporada de la Banda de Cornetas y Tambores de la Coronación de Espinas y, una vez más, volvieron a quedar manifiestas las dos décadas de vida de una formación elegante a la que aguarda un próximo curso sumamente especial.

En la agenda que marcaron las bandas cordobesas queda de nuevo manifiesto el gran momento por el que atraviesan la mayor parte de las bandas de una ciudad que escribe la crónica contemporánea de sus cofradías, también sobre el pentagrama.


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