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sábado, 25 de junio de 2016

El tesoro que se guarda en San Julián


Juan Pérez. Cuando cada Domingo de Ramos el Cristo de la Buena Muerte de la Hermandad de la Hiniesta comienza su camino a la Catedral Metropolitana el tiempo se detiene en San Julián, entre los sones de otra Semana Santa.

Santa María Magdalena de El Arahal destapa el tarro de las esencias que conservó de Eritaña y la Agrupación Musical suena a los años setenta y ochenta. Mientras los costaleros pasean al Cristo de la Buena Muerte y la música los guía, la Semana Santa pasa hacia atrás las páginas de su historia.

Y en la Hermandad de la Hiniesta conocen su tesoro y lo cuidan con esmero para que no desaparezca una de esas estampas que son patrimonio de Sevilla. La prueba en su reelegido hermano mayor José A. Romero que acudía este sábado a la tradicional cena de gala de la Agrupación Musical que guarda la esencia de su tiempo.






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