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miércoles, 8 de junio de 2016

El antiguo vestidor de la Soledad de San Lorenzo de estafa en estafa


Juan Gravina Ponce. Lo que a continuación se va a narrar bien podría pasar por el argumento de una película estadounidense. Manuel Tobaja Villegas, doctor en Historia del Arte y consumado conocedor de la obra del imaginero Castillo Lastrucci, se hizo cargo de la coordinación a mediados de los ochenta del pasado siglo XX del taller de restauración Isbilia, que acometió notables trabajos para distintas iglesias y hermandades. En 1985 fue nombrado vestidor de la Soledad de San Lorenzo y en 1987 fue prioste y diputado de formación de la Vera-Cruz, de cuyo coro ya era director. Hasta ahí todo normal.

Pero en 1992 las tornas iban a cambiar. En ese año un juzgado hispalense le embargó una casa en Valencina de la Concepción por una deuda de siete millones y medio de pesetas que le reclamaba el BBV al taller de restauración Isbilia. Cinco años después la Audiencia Provincial ratificó la sentencia del Juzgado de Instrucción 3 de Sevilla condenando a Tobaja por estafa. Pero la cosa no quedó ahí.

Años después la Audiencia confirmó otra sentencia del Juzgado que le condenaba por estafa en el año 2000. Ratificadas las condenas por el Tribunal Supremo, Tobaja afirma que el Constitucional las anuló, lo que dicho Tribunal niega.

Llegamos así a enero del año 2000, donde tras ser detenido por más de 30 presuntas estafas a bancos, fue nuevamente arrestado por otras 50 estafas por falsificación de documentos. A ello hay que añadir la denuncia del Arzobispado en nombre de varias parroquias por apropiación de sellos de caucho y falsificación de pagarés. El Arzobispado puso lógicamente fin a los encargos de restauraciones a Tobaja, quien presuntamente estafó también a varias cofradías andaluzas.

Condenado a más de tres años de cárcel, Tobaja huyó en 2000 rumbo a Puerto Rico. Allí fue de nuevo detenido tras hacerse pasar por sacerdote, así como por apropiación indebida. Tras explicar que tomó prestado dinero de feligreses, sacerdotes y monjas -que según él pensaba devolver- entró en prisión en Puerto Rico. Allí protagonizó una fuga carcelaria, siendo deportado a España en 2007. Ya de nuevo aquí creó la fundación Luz del Mundo para atender a presos. La misma debe más de tres millones de euros a prestamistas. ¿Continuará?




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