Juan Pérez. Nuestra geografía está repleta de imágenes que han sufrido restauraciones poco acertadas, aunque tampoco hay que olvidar que son fruto de su tiempo, de la época en que fueron sometidas a procesos para los que en más de una ocasión no existían ni los conocimientos ni los medios adecuados para llevarlas a cabo. Y algo similar ocurre con la Imagen de María Auxiliadora de Triana.
"Estos repintes, probablemente oleo, al ser de una cronología distinta a la obra y de distinta naturaleza, ha virado de forma distinta, debido a la oxidación de las cadenas poli-insaturadas de los ácidos grasos del aglutinante -señala el imaginero Manuel Martín Nieto en declaraciones recogidas por Pasion en Sevilla-. La persona destinada a restaurar a María Auxiliadora afirma que "esta oxidación o polimerización natural, oscurece la pintura, lo que provoca contraste, falta de integridad en el conjunto y posible deterioro de la policromía original subyacente. Normalmente, estos repintes, para intentar ser integrados en la obra, son difuminados, ocupando una superficie mucho mayor del deterioro en sí, restando autenticidad y calidad a la obra. Estos repintes están distribuidos por toda la superficie polícroma".
El imaginero de Morón de la frontera afirma que "llama la atención el repinte de la mascarilla, traducido en una lista oscura que recorre los perfiles de la imagen, que intentan camuflar sin éxito los daños de soporte de la separación de la mascarilla". Poniendo el acento en el rostro, donde "también se encuentran otros repintes muy visibles y llamativos, como es la sien izquierda de la Virgen y los frescores de sus mejillas, así como otras zonas puntuales de la misma".
Por tanto nos encontramos ante un proceso que comenzará el 23 de junio y que se prolongará todo el verano para dotar de un nuevo y antiguo aspecto a una de las imágenes más queridas de Triana.