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miércoles, 8 de junio de 2016

La Soledad podría verse abocada a una junta gestora


Esther M. Ojeda. Desde hace unos días, reinaban en la actualidad cofrade de la ciudad las noticias concernientes a los distintos procesos que se llevarían a cabo para la elección de hermano mayor en algunas de hermandades cordobesas, entre las cuales se incluía la de la Hermandad de la Soledad de la Parroquia de Santiago. No obstante, las previsiones con vistas a un nuevo mandato han quedado frustradas debido a la ausencia de candidaturas para ostentar el cargo, un período que concluía ayer, martes 7 de junio.

Como ya mencionábamos en Gente de Paz el pasado 21 de mayo, no había ninguna certeza que hiciera pensar en la actual circunstancia en la que se encuentra la cofradía, por lo que el aún Hermano Mayor, José Antonio Murillo, confirmaba su firme intención de dejar el cargo tras ocho años al frente de la corporación (2000 – 2004/2012 – 2016), entre los que, eso sí, cabía destacar un lapso de otros ocho años bajo la responsabilidad de Francisco López – quien en los últimos tiempos compaginó su labor con la del cargo de la Vicepresidencia de la Agrupación de Cofradías.

Dadas las circunstancias, no queda otra opción que convocar unas segundas elecciones en un plazo que tendrá lugar entre los 60 y 90 días posteriores al 27 de junio, fecha acordada en un principio para la primera votación.

Con estas perspectivas y teniendo en cuenta la decisión de José Antonio Murillo de no perpetuar su mandato durante más tiempo, ha comenzado por pedir la colaboración y el compromiso de los hermanos que conforman la cofradía para que en lo sucesivo se presente alguna candidatura que facilite que todo siga su curso normal sin verse en la necesidad de dejarlo todo en las manos de una junta gestora.

Así las cosas, todo apunta a que la situación quede resuelta en el mes de septiembre tras haber dejado un tiempo para la reflexión, que favorezca asimismo la presentación de candidatos a Hermano Mayor con la consecuente elección que devuelva la normalidad a la corporación franciscana. En caso contrario la sombra de una junta gestora comenzaría a vislumbrarse en la calle del Sol.

Foto Antonio Poyato




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