Ha sido una de las noticias de mayor relevancia de los últimos tiempos en el mundo cofrade y, sin embargo, poco ha sido lo que se ha tratado en los medios. Ya se sabe que, tristemente, en esta época manda el "mercado de fichajes" de capataces y bandas que, en paralelo con el del fútbol, hemos creado entre todos. Y eso es lo que lamentablemente hay. Sin embargo, les decía, uno de los temas de mayor calado ha sido el oscuro asunto de la sustracción de 134.000 € en la hermandad hispalense del Valle que, presuntamente, fue responsabilidad de un exmiembro de la junta de gobierno. La misma, tal y como se hizo eco Gente de Paz, ha coleado a raíz de la impugnación de las cuentas de la cofradía ante el arzobispado por parte de un numero considerable de hermanos que, asimismo, han criticado ante la autoridad eclesiástica la gestión que la actual junta de gobierno -reacia a llevar la cuestión por la vía penal aunque, finalmente, la hermandad decidió hacerlo así en cabildo- está llevando a cabo respecto a este tema y que han tildado de "poco transparente". Si a ello hay que sumar que, según uno de los hermanos firmantes del escrito, la junta de gobierno del Valle, tras un mes de la adopción de llevar el tema por la vía penal, aún no haya obrado en consecuencia, tenemos el caldo de cultivo perfecto para que se generen todo tipo de rumores y especulaciones.
Yo les voy a ser sincero: si quien les habla fuera hermano del Valle les aseguro que estaría más mosqueado que un pavo el día de Navidad con este desagradabilísimo tema. Desconozco en qué cifras puede moverse una cofradía sevillana como el Valle, pero sí les digo que 134.000 € puede ser aproximadamente el presupuesto completo de una cofradía cordobesa de tamaño medio-grande... ¡para tres años! Justificar el desconocimiento del robo de tan elevada suma de dinero durante un periodo de tiempo tan notable como han señalado distintos medios mosquea y mosquea mucho. Independientemente de que algunos hermanos de los que han presentado el escrito ante el Arzobispado fueran integrantes de una candidatura que no logró regir los destinos de la hermandad, entiendo perfectamente la actuación de los firmantes. La gestión de una hermandad es algo serio y la cuestión económica FUNDAMENTAL. Es más, lo irresponsable por parte de los hermanos sería mirar para otro lado y resignarse. Lo procedente, lo que toca, es exigir a la junta de gobierno información precisa y concisa del tema y la adopción de decisiones firmes tras depurar responsabilidades. Es lo que conlleva el cargo: una pesada carga que obliga a hacer lo que procede por difícil que sea.
Marcos Fernán Caballero