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sábado, 9 de julio de 2016

Dos bandas que duraron dos años


R. Rodríguez. Alguien comentaba hace poco que la ley de la oferta y la demanda, unida a un número de formaciones cada vez mayor y más fácilmente contactable ha producido que el terreno de los contratos se haya hecho más frágil en los últimos años. En solo dos ejemplo esto es visible. Baste con observar lo sucedido en este último mes con las formaciones que acompañaban al Cristo de las Penas y a Nuestra Señora de la Paz y Esperanza.

Tanto la Agrupación Musical Santa Marta y Sagrada Cena de León como la Sociedad Filarmónica de Pilas han acompañado a los Titulares de Domingo de Ramos y Miércoles Santo solo dos años (y en el caso de Pilas, una salida extraordinaria). Los motivos pueden ser muy diversos y lo serán, aunque fuente tras fuente y en un sentido u en otro, el aspecto económico siempre sale a relucir, aunque cualquiera comprende que es complicado desgranar la parte de quien procede y menos buscar culpables cuando los caminos se separan. Es ley de vida.

La marcha de la Banda de Pilas deja un hueco o un vacío que la de Cantillana habrá de llenar y no será fácil porque la primera ha dejado el listón en lo más alto. vacío que también queda en santiago con la marcha de León puesto que, al margen de supuestas apuestas personales de su regente, en el seno de la cofradía de las Penas la Agrupación Musical es un símbolo de las últimas décadas de la corporación. Incluso hay quien apuntaría a que las últimas elecciones se ganaron por traer a esta formación que ya faltará el Domingo de Ramos de 2017.

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