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jueves, 21 de julio de 2016

El cáliz de Claudio: Detalles que hacen más fácil la vida


Cae una tarde plomiza de julio. Sobre las copas de los árboles la calima deposita su bochorno y la ciudad parece haberse estancado en la tonalidad grisácea que ahora asemeja serle es propia. Las horas pasan despacio y el silencio, aplastante, camina deprisa, más allá de la siesta que parece sumirnos en un letargo sin solución de continuidad.

Lejos quedan los sones de las cornetas, el redoble sordo del tambor, el primer escalofrío de una primavera impaciente que busca en su primera escena la imagen viva de las cofradías persiguiendo, a ras de calle, el sueño de la salvación contemplada en el rostro de las escenas imposibles que surcan nuestras vidas.

La tarde sigue cayendo. Y, de repente, una simple noticia vence al hastío de su letargo macilento. Es una campaña sencilla, de recogida de tapones, para ayudar a costear los medicamentos de un niño. "Una forma fácil de ayudar y sin coste, con un poco de esfuerzo podemos hacer grandes logros". Mientras la Hermandad de Pino Montano pone énfasis en su campaña, la tarde se abre a su verdadero sentido, el mismo que surca por las cofradías todo el año para ofrendarnos con detalles que hacen más fácil la vida.


Blas J. Muñoz


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