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domingo, 10 de julio de 2016

El proceso de dibujo del retrato del Gran Poder


Blas J. Muñoz. Las imágenes, las mismas que vemos procesionar o les rezamos en la soledad de sus capillas, suponen algo más que una mera representación porque en ellas se contiene no solo una carga teólogica imprescindible para comprender su carácter sagrado, sino el sentimiento que transmiten al devoto y que es recíproco, de tal suerte que, por ende, articula la parte de sentimiento de la fe que a la postre da sentido al contenido teológico, desde uno de sus continentes.

Destinado a una colección particular de una familia sevillana, el retrato del Gran Poder realizado por Antonio Labrador Jiménez viene a demostrar que, entre la forma y la materia, el hilemorfismo de contemplar cómo cobra forma puede resultar algo casi mágico, incluso visto desde las fotografías compartidas en una red social, capaces por sí mismas de transmitirnos el mecanismo místico de la devoción compartida a través del arte.


En las imágenes que les ofrecemos pueden apreciar el proceso de dibujo (a grafito y carboncillo) del retrato de Jesús del Gran Poder realizado por Antonio Labrador. Una obra que se inscribe con mayúsculas en la trayectoria de este joven artista que domina diversas disciplinas como la imaginería. Disfruten.









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