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sábado, 16 de julio de 2016

La Encarnación se despide del Amor


Blas J. Muñoz. Los viernes siempre anuncian un final en el principio del descanso. La desembocadura alegre de los días que persiguen escenas repetidas, donde reconocer lo vivido y mirar al horizonte con la mirada limpia del mañana. Una mirada que siempre se reconoce cuando se cruza con otra que siempre estuvo.

Y las miradas se cruzaron este viernes para decirse un hasta pronto porque la Virgen se marcha al taller donde nació. No a recuperar su juventud, la que nunca perdió. La de la Virgen niña que te mira y enamora y que es un poco más mayor, aunque la apariencia siempre parezca contradecir la realidad. Es la antítesis de la unción que Luis otorga a sus creaciones.


La niña de los ojos de sus fieles, de sus devotos para los que ya ha comenzado la espera. Una cuenta atrás sin apellidos, solo la esperanza y la certeza del momento en regrese alimenta ya las expectativas. Una cuenta atrás sin apellidos, que solo lleva su nombre y por su nombre imploran, Encarnación.

@BlasjmPriego






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