Niño, tú sabes que aquí nunca se ha visto ni se verá en ninguna pared de la Taberna motivo alguno relacionado con el mundo del toreo porque a uno ese mundo ni le va ni le viene. A mí la única imagen taurina que me gusta es la de Jesús Caído pasando junto al monumento a Manolete por la plaza del Conde de Priego y poco más, porque hasta los toreros que pasean enchaquetados tras la gran devoción del barrio Santa Marina pa que los retraten me son perfecta y necesariamente prescindibles.
Ahora sí, niño: las barbaridades que uno ha tenido que leer tras la dramática cogida del diestro Víctor Barrio me parecen de lo más bajo, zafio, ruín y rastrero que uno ha podido presenciar. ¡Vaya falta de educación, modales y respeto tiene el personal! ¡Vaya odio destilan algunos en eso que llaman redes sociales! Aunque bien pensado, niño, de sociales tienen más bien poquito.
Yo veo, niño, una falta de formas, de educación y de respeto alarmantes. Nos falta saber estar pero en dosis industriales. Lo pensaba ayer cuando veía la propia foto de un artículo de gedepé con Asenjo charlando por el móvil metido entre un cortejo de nazarenos. ¡Vaya imagen, Arzobispo! ¿Y si un hermano mayor de una cofradía se pusiera a cascar por su móvil en plena homilía suya?
Hoy sábado me voy a ir a ver a las dos Vírgenes del Carmen de la ciudad, que hay que pedirles por los pobrecillos a los que el fanatismo del Islam les ha quitado la vida en el atentado de Niza. ¡Espero que la Madre de Dios los tenga en su gloria! Descansen en paz.
Julio el Tabernero