Apenas pasado un mes de la salida del Carmen, una semana de la procesión de San Lorenzo y dos días de la brillante procesión de la Virgen de Acá y la Hermandad del Tránsito, todas las miradas se centran en los preparativos de la procesión de Nuestra Señora de la Fuensanta. Procesión y expresión de fe, que cobra vital importancia para los cofrades cordobeses, que vuelven a ver cómo, la co-patrona de la ciudad, patrona de la Agrupación y Virgen Coronada por su devoción, vuelve a ser ninguneada por las administraciones y por un consistorio que vuelve a ponerse de perfil en determinados asuntos con marcado carácter religioso.
Más allá de la posible polémica sobre estos temas, sobre la popular verbena y sobre los actos que la rodean, está el motivo histórico de esta festividad, y es que su principal fundamento no es otro que la veneración de la Virgen, el culto a una imagen y el recuerdo y conmemoración de unas milagrosas curaciones. Estos hechos y la posterior aparición en el tronco de una higuera de esta venerada imagen fueron los motivos por los que allá por el siglo XV, en las afueras de la ciudad, se construyera el santuario con la advocación de la Fuensanta, en alusión a la fuente de aguas santas que tenía poder curativo. Santuario que posteriormente dio paso a la creación de un barrio, que tiene como fundamento y punto de referencia el santuario y su virgen.
Por tanto, siendo fieles a la historia, siendo escrupulosos con las tradiciones, con el barrio, y con la ciudad, la festividad, verbena y actos que se producen en la barriada cordobesa de la Fuensanta giran, le pese a quien le pese, en torno a una devoción y a un símbolo cristiano, y desde aquí animo a todos los cordobeses, cristianos o no, creyentes o no a ser participes de estas fiestas con el respeto que se merecen y a todos los que sentimos la fe a que acompañen en su día a esta pequeña y hermosa imagen, testigo del transcurrir del tiempo, y fuente viva de fe.
Por tanto, siendo fieles a la historia, siendo escrupulosos con las tradiciones, con el barrio, y con la ciudad, la festividad, verbena y actos que se producen en la barriada cordobesa de la Fuensanta giran, le pese a quien le pese, en torno a una devoción y a un símbolo cristiano, y desde aquí animo a todos los cordobeses, cristianos o no, creyentes o no a ser participes de estas fiestas con el respeto que se merecen y a todos los que sentimos la fe a que acompañen en su día a esta pequeña y hermosa imagen, testigo del transcurrir del tiempo, y fuente viva de fe.
Manuel Orozco