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sábado, 20 de agosto de 2016

La interminable obra social del Gran Poder


Adrián Martín. El pasado mes de junio informamos en Gente de Paz el inicio de la ayuda asistencial de la Hermandad del Gran Poder de Sevilla bajo el nombre de "Siete meses, siete obras de Misericordia" siguiendo así lo marcado por la Misericordiæ Bultus que iniciaba el Año de la Misericordia por su SS Francisco.

A lo largo de estos meses, la Hermandad del Gran Poder, dedicará obras asistenciales y de caridad a instituciones de la ciudad a través de donaciones y voluntariado que, en estos tiempos de grave crisis económica, multiplican sus esfuerzos por ayudar a los más desfavorecidos.

En el presente mes de agosto, la corporación de San Lorenzo ha seguido una de estas siete obras de misericordia, la de dar de beber al sediento. Así, las ayudas recaudadas en la Bolsa de Caridad destinadas a este tercer mes de campaña, así como donaciones y voluntariado, irán destinados a dos comedores sociales, el de las Hijas de la Caridad del Pumarejo y el Comedor Social de San Juan de Acre de la Orden de Malta.

El Comedor Social de las Hijas de la Caridad del Pumarejo lo regentan las Hijas de la Caridad en la plaza del Pumarejo de Sevilla, donde nació, al igual que este tipo de comedores, para paliar las necesidades básicas de personas sin hogar o que están atravesando una situación de pobreza acuciante, paliando con el servicio de una comida diaria esas necesidades primarias. En el comedor se atiende alrededor de 300 personas al día, organizadas en turnos que se atienden bien por las propias Hermanas o bien por el voluntariado organizado entorno a ellas. 

Además de las necesidades del almuerzo de cada día -salvo en Nochebuena, cuando también se sirve la cena-, el comedor del Pumarejo ofrece dos días a la semana servicios de duchas para las personas sin techo y la entrega de ropa y zapatos que recogen de donaciones que les realizan. 

El Comedor Social de San Juan de Acre de la Orden de Malta funciona desde 2011 y atiende a una media de 200 personas diarias que se distribuyen en varios turnos, contando con plazas especialmente habilitadas para personas con minusvalías.

Los menús son elaborados diariamente por voluntarios hosteleros y servido por voluntarios que colaboran con la Orden.




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