Antonio Rendón. Después del multitudinario besamanos a la Patrona de la ciudad hispalense, se procedió a su subida a su paso procesional, ya ataviada para la Novena. El sábado, la virgen amaneció entronizada en su palio de tumbilla o litera, sostenido sólo por cuatro varales, que fue diseñado por el entonces arquitecto municipal Juan Talavera y Heredia en el año 1924. Bordado en los talleres sevillanos de José Olmo y Hurtado, fue estrenado en la Magna procesión del 15 de agosto de ese mismo año.
La Virgen porta el clásico manto azul pavo de los cultos, realizado en los primeros años de la década de los ochenta por Elena Caro, con unos bordados que pertenecía a un frontal del altar de San Fernando y la corona de filigrana de oro de Manuel González Rojas 1876, utilizada en los dos besamanos en la novena y en la octava. Este año porta la rosa que le regaló el Sr. Cardenal Emérito.
La Virgen porta el clásico manto azul pavo de los cultos, realizado en los primeros años de la década de los ochenta por Elena Caro, con unos bordados que pertenecía a un frontal del altar de San Fernando y la corona de filigrana de oro de Manuel González Rojas 1876, utilizada en los dos besamanos en la novena y en la octava. Este año porta la rosa que le regaló el Sr. Cardenal Emérito.
La novena comenzó a las ocho de la tarde en el altar de plata del jerezano Juan Laureano de Pina, situado en la nave del Crucero. Siguiendo el orden de la novena, Santo Rosario, oración a la Virgen de los Reyes, misa, homilía y Salve. Predicó el Rvdo. Adrián Sanabria Mejido, vicario episcopal de la Nueva Evangelización y misionero de la Misericordia, nombrado por el Papa Francisco, con ocasión del Jubileo y presidida por el Arzobispo de Sevilla Monseñor Juan José Asenjo Pelegrina.
Se trata sin duda, del culto que más fieles aglutina de los que se celebran en la ciudad durante todo el año.
Fotos Antonio Rendón Domínguez
