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lunes, 26 de septiembre de 2016

Candelabro de cola: Que nadie de lecciones de democracia a las cofradías


Les doy mi palabra de que el caso que les voy a relatar no solamente es verídico sino que, además, tuvo como protagonista a una cofradía de Córdoba capital. La misma encargó en su día una imagen a un prestigioso imaginero para incluirla entre los Titulares de su corporación. Realizada la misma, la propia hermandad quedó tan satisfecha (justificadamente) con ella que llegó a plantearse encargar una talla totalmente nueva al propio imaginero para reemplazar a uno de sus Titulares originales. La imagen primitiva parecía estar abocada a dar con sus manos y su busto en una vitrina situada en las dependencias que su hermandad utilizaba como sede. Pero he aquí que, contra lo que era de esperar, el Cabildo General de Hermanos de la Cofradía dijo "no" a la propuesta que le planteó su Junta de Gobierno y, gracias a ello, aún hoy podemos seguir viendo a esta talla del siglo XVII procesionar por las calles de Córdoba.

Las cofradías, pese a lo que a la extrema izquierda de este país pueda pensar (si es que lo que hacen Izquierda Unida, Podemos y algún que otro partido trasnochado pudiera merecer el empleo de tal verbo) y empeñarse en transmitir, pueden vanagloriarse de haber mantenido un funcionamiento acorde a las normas del juego democrático aún en los tiempos en que el país entero estuvo viviendo bajo una dictadura militar de derechas. Lamentablemente, el hecho de funcionar de acuerdo con las normas de un sistema democrático, no garantiza a las hermandades que las decisiones que las mismas adopten sean siempre las mejores o las más acertadas. La democracia tiene imperfecciones, a pesar de ser considerado el menos malo de los sistemas de gobierno hasta el momento conocidos. Por ejemplo la democracia permite la existencia de partidos que pretenden acabar con ella misma e iguala el peso del voto de personas con más experiencia, conocimiento y cualificación con el de aquellas que carecen de todos estos aspectos. Todo lo cual me lleva a plantearme, ¿sería posible que en los tiempos actuales los hermanos de una cofradía tuvieran la madurez de tomar una decisión del calibre que la descrita en el comienzo de este Candelabro? Francamente, lo dudo mucho.


Marcos Fernán Caballero


Foto Antonio Poyato




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