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viernes, 30 de septiembre de 2016

De Cerca con Javier Santiago: "El costalero de verdad no para de aprender"


Guillermo Rodríguez. Con la mirada de la Córdoba Cofrade puesta en la salida extraordinaria de Nuestro Padre Jesús Rescatado y María Santísima de la Amargura que tendrá lugar en apenas una semana, Gente de Paz ha querido testar la opinión y revelar los sentimientos de la persona encargada de soportar sobre sus hombros la enorme responsabilidad de guiar el caminar del Señor de Córdoba en un día tan señalado.

Cordobés, profundo enamorado de su tierra, aunque con un pie en Sevilla por motivos laborales, Javier Santiago se siente un afortunado en la vida, con una familia magnífica, unos amigos fieles que mantiene de toda la vida y muchos otros que ha ido encontrando en el camino, han demostrado siempre su gran amistad y cuya mayoría comparte con él la pasión por el mundo cofrade. Una persona humilde que reconoce sus defectos y con la madurez y la honestidad de quien intenta evitarlos y corregirlos; un creyente convencido de la responsabilidad, el trabajo y la disciplina como elementos esenciales que han de orientar su devenir personal. Este es Javier Santiago, sin matices.

Háblenos de sus orígenes como cofrade

Fueron en la hermandad del Rescatado. Con 11 años me puse por primera vez la túnica de nazareno y a los 16 cambié el cirio por el costal para formar parte de la primera cuadrilla de costaleros del Nazareno del Alpargate. Mi madre me cuenta a veces que desde muy pequeño me quedaba asombrado viendo la imagen del Rescatado cada Domingo de Ramos y pedía ir a buscarlo por diferentes puntos del recorrido. Desde entonces siempre ha estado presente en mi vida,

Desde que tengo uso de razón, el mundo de las cofradías lo he vivido intensamente. Me entusiasmaba cualquier cosa que tuviera que ver con la Semana Santa; cada paso, marcha, cualquier programa de mano, boletines de cofradías, carteles, etc. No procedo de una familia cofrade aunque sí con valores cristianos y gusto por todo ello, por lo que siempre me han respetado y apoyado para disfrutar de esto. 

¿Cuándo comenzó a sentirse costalero?

Uno comienza a sentirse costalero con el paso de los años creo… en mi caso, mi primer contacto con la trabajadera fue en la Santa Cruz del Esparraguero, con unos 12 años, cuando Enrique León era por aquel entonces el capataz. A partir de ahí, algunos pasos de gloria hasta que formé parte de la cuadrilla del Rescatado cuando empezó a ser llevado por costaleros en el año 97. Desde entonces he seguido formando parte de esa cuadrilla, de una forma u otra. En los primeros años en esta cuadrilla ya empiezo a darme cuenta de lo que podría ser considerado el sentirse costalero, aunque esa percepción se ha ido modelando conforme he ido teniendo otras experiencias adicionales en las cuadrillas en las que por suerte he tenido (y tengo) el privilegio de formar parte. A día de hoy, sí puedo afirmar totalmente que me siento costalero en todos los sentidos.

¿El costalero nace o se hace?

Me inclino por lo segundo. Uno puede nacer predestinado a ser costalero pero en la mayoría de los casos, creo que hay unas vivencias previas que van generando unas preferencias y unos sentimientos que hacen que finalmente te decidas a ser costalero. En mi opinión, el costalero de verdad no para de aprender de las experiencias que va teniendo en su trayectoria y que le van haciendo cada vez mejor en esa faceta.

¿Se considera un capataz vocacional?

No. Sinceramente, hasta hace pocos años pensaba que el mundo del martillo estaba al alcance de unos pocos elegidos; personas ilustres y reconocidas con mucha experiencia en este ámbito, por lo que no se me pasaba por la cabeza que me pudiera tocar algún día a mí. Con el paso del tiempo voy aprendiendo, conociendo a grandes capataces, me voy interesando por el trabajo que hacen y sí que alguna vez pienso que tal vez pudiera estar capacitado para hacerme cargo de una cuadrilla, como creo que le ocurrirá a mucha gente, pero eran pensamientos bastante débiles. Por tanto, creo que no soy un capataz vocacional.

¿Para ser capataz es necesario haber sido costalero?

No creo que sea necesario pero sí un factor importante en las cuadrillas actuales. El mundo del costal ha evolucionado mucho en la última década. Los costaleros están cada vez más preparados, se hacen mejor la ropa, el acceso a vídeos o documentos es ilimitado, por lo que creo que el capataz de hoy en día debe estar muy preparado para poder enseñar a unas cuadrillas cada vez más exigentes. El hecho de ser costalero o haber formado parte de cuadrillas recientes te ayuda a comprender mejor lo que necesita o espera la gente de abajo. Por otra parte, hay enormes capataces con poca experiencia en las trabajaderas que hacen una labor envidiable.

¿Qué capataces le han marcado? ¿Cuáles son sus influencias o sus referencias?

Son muchos los capataces con los que he tenido el privilegio de trabajar y cada uno de ellos me ha influenciado en mayor o menor medida; de todos tengo buenas palabras. Sin embargo, me gustaría destacar a tres referentes para mí. 

Carlos Rojas, capataz del Rescatado en los últimos trece años y al que considero el padre de esta cuadrilla. De él he aprendido el gran trato y cariño mostrado a sus costaleros entre los que me incluyo, el interés por aprender cosas nuevas y mejorar el nivel de la cuadrilla. Le estoy especialmente agradecido porque demostró toda su confianza en mí como candidato a sustituirle al frente de su cuadrilla. 

De Luis Miguel Carrión (Curro) y todos los auxiliares y capataces que han formado parte de su equipo todos estos años. Empecé a disfrutar del carisma de Curro en La Sangre y posteriormente en El Perdón y Santo Sepulcro, de cuyas cuadrillas sigo formando parte en la actualidad. Desde entonces, mi aprendizaje como costalero ha sido exponencial. Su estilo, seriedad y forma de gestionar las cuadrillas, al margen de cómo se pasean sus pasos en la calle, me inspiran mucho para las nuevas funciones que he asumido. Tengo muchas cosas que agradecerle en estos años que llevo formando parte de sus cuadrillas.

Con Juan Carlos Vidal pude disfrutar hace unos años en el Cristo de la Expiración y desde esta pasada Cuaresma, en Coronación. Me gusta mucho su perfil técnico, su cuidado por los detalles y por la exigencia en la forma de andar de sus pasos. Al margen de eso, guardo muy buena relación con él.

¿Qué siente ante la responsabilidad de ser quien guíe al Señor en una Salida Extraordinaria, en una jornada en la que además vuestro trabajo se convertirá en foco de atención?

Una satisfacción enorme y un privilegio. Estar casi 20 años debajo de sus trabajaderas y ser el que le guíe en la Salida Extraordinaria es lo máximo que puede ocurrirle a un costalero en su hermandad. La responsabilidad es mayor aun cuando se trata del Señor de Córdoba y principal devoción cristífera de esta ciudad, por lo que debemos estar a la altura de su imagen. Llevamos poco tiempo trabajando con la cuadrilla pero sé que vamos a hacer una salida muy digna, aunque el objetivo es aspirar a bastante más en los próximos años.

¿Cómo definiría a su cuadrilla?

Va a sonar a tópico, pero puedo afirmar que tengo la mejor cuadrilla que podría tener, de verdad lo digo. Lo que siempre exijo a mis costaleros es compromiso, y me han demostrado estos meses que su comportamiento en ese sentido es muy bueno. Además, son personas con muchas ganas de seguir aprendiendo. Son dos pilares fundamentales para hacer crecer a la cuadrilla. Los costaleros están muy ilusionados y volcados con el proyecto que hemos empezado. El ambiente que se respira es sensacional y se puede decir que en gran parte es una cuadrilla de amigos que disfrutan y trabajan para seguir mejorando el nivel actual. Hay una mezcla bastante interesante de costaleros que están fundamentalmente por la devoción que tienen hacia El Señor y un núcleo cada vez más amplio de costaleros que combinan su gran devoción hacia Él con una gran afición por el costal. La intención es, manteniendo el sentimiento devocional, que la cuadrilla coja un mayor nivel técnico por la influencia de todos estos perfiles con los que contamos. Creo que no hay mayor reto para un costalero convencido de su devoción que, además de pasear a su Cristo, disfrute como costalero de principio a fin.

En el plano personal, algunos de mis mejores amigos se encuentran en la cuadrilla, lo que para mí supone un mayor reto aún y una doble satisfacción. Por todo esto y muchos detalles más, creo que es la mejor cuadrilla que puedo tener y trabajamos todos para alcanzar un nivel superior en unos años.

Quiero destacar también el enorme cuerpo de capataces del que dispongo. Llevamos muy poco tiempo trabajando juntos, pero Raúl Casares, Eusebio Bonilla y Antonio Peralta, me están ayudando mucho y les agradezco su implicación en esto. Cada uno está aportando su experiencia en beneficio de la cuadrilla.

Con vistas a la extraordinaria ¿dispone de un mayor número de costaleros de lo que es habitual? ¿De qué modo gestionará este asunto?

Desde la pasada Cuaresma ya manteníamos un grupo bastante nutrido que nos permitía cubrir dos cuadrillas y algunos picos por trabajadera. Ahora nos encontramos con un número similar aunque por circunstancias personales de varios costaleros y por la renovación natural de la cuadrilla, han entrado otros nuevos que están aportando mucho al grupo. Teniendo en cuenta el recorrido que tenemos y que estamos conociendo y consolidando la cuadrilla, la gestión pasa por distribuir el trabajo de la forma más coherente posible para beneficio de todos.

¿Cómo valora llevar a Coronación tras el Señor?

Es una banda que desde siempre me ha gustado y que encaja muy bien en el estilo que queremos seguir, que es bastante clásico. Creo que es un seguro contar con una banda así y estoy convencido de que nos van a dar un plus en la Salida Extraordinaria. Espero que disfruten tanto como nosotros de ese día.

¿Hágame una valoración del itinerario?

El recorrido en general es bastante exigente y en una gran parte, desconocido para nosotros. El itinerario de ida hacia la Catedral es el más razonable y directo, sin demasiadas complicaciones. El de vuelta hacia el templo es el más duro, con una subida prácticamente continua hasta llegar al Bailío, que va a requerir de un esfuerzo importante de los costaleros. La bajada por la cuesta es algo que esta cuadrilla nunca ha experimentado, pero está preparada para hacer lo que se le mande desde fuera.

También debemos gestionar muy bien las once horas previstas en la calle y tener un buen ritmo de paso para que la cuadrilla no se resienta más de la cuenta.

¿Qué puntos del recorrido le sugeriría a los cordobeses?

Recomendaría la plaza del Alpargate y alrededores, tanto en la ida como en vuelta, así como el entorno de La Catedral y Plaza del Potro. También puede resultar muy interesante ver el paso de la cofradía bajando por Juan Rufo y la llegada a San Agustín.

¿Qué opinión le merece el proyecto de traslado de Carrera Oficial presentado por la Agrupación?

Creo que no es ninguna sorpresa y parece lo más coherente después de los movimientos que se han producido estos últimos años. Llevan tiempo trabajando en eso y entiendo que han valorado todos los aspectos de seguridad, esfuerzo de cada cofradía, estéticos, etc. para sacar este proyecto final. Hace unos días leía las opiniones de varios compañeros, referentes a la necesidad de que hubiera algún punto de relevo para los costaleros en la Carrera Oficial y estoy totalmente de acuerdo con ellos. No podemos pretender que una única cuadrilla haga todo ese tramo. Espero que finalmente las partes lleguen a un acuerdo común que nos beneficie a todos.

¿Cómo se ve dentro de diez años?

Difícil de responder, pero me veo disfrutando de cualquier momento cofrade que vaya surgiendo, como hasta ahora. Espero ser una persona con mayor bagaje y experiencia adquirida en los retos que año a año se me hayan ido presentando. Por supuesto, espero continuar con salud y condiciones físicas para seguir teniendo el privilegio de ser costalero de nuestras sagradas imágenes y, sobre todo, espero seguir cerca del Rescatado de una forma u otra. A nivel personal, espero seguir rodeado de la misma gente que a día de hoy me quiere y aprecia.








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