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domingo, 18 de septiembre de 2016

El Barrio de Santiago fue testigo de la Soledad de la Madre de Dios


Eva Martín. Ella volvió a recorrer las calles del barrio que tanto la ama, la mañana del 18 de septiembre, para endulzar con el eterno de sus pupilas la árida Soledad que condena a quienes no encuentran el camino de la verdad, mientras Córdoba contenía la respiración ante la belleza que se precipitaba por sus rincones. 

La Virgen de la Soledad, la maravillosa dolorosa del maestro Álvarez Duarte, repartió sus dones a cada paso de su pausado y elegante caminar y el mundo entero quiso acogerla entre sus brazos para calmar su dolor inabarcable, recorriendo rincones inigualables como las calles Ronquillo Briceño, Claustro, Tinte o Barrionuevo, para regresar de nuevo a su hogar por las Siete Revueltas. Nuestro compañero Antonio Poyato, acudió a su llamada para ser fiel testigo de un acontecimiento irrepetible, porque irrepetible es cada ocasión en la que la Madre de Dios visita las casas de sus hijos.

















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