Niño, el comienzo de curso nos ha traído los cultos a dos de las Dolorosas más bellas de la ciudad: Lágrimas y Soledad. Ambas además separadas por apenas cien metros de nada. Muy meritorio además el altar que Misericordia ha montado en San Pedro para su Titular, así que hay que ir a verlo.
Por el contrario, niño, en la nariz me da que lo que no vamos a ver en 2017 va a ser la carrera oficial en la Catedral. ¿Por qué? Pues porque la cosa se ha complicado con todos los proyectos presentados.
Lógico es que, como ya dijo algún hermano mayor sin un pelo de tonto, la decisión ante la que estamos no es baladí y es mejor ir despacio y analizarlo todo bien antes de cambiar la carrera oficial a la ligera y luego darnos cuenta de que nos hemos equivocado.
Para empezar, niño, yo antes de hacer nada hablaría con los concejales podemitas a ver si a ellos les parece bien celebrar la semana santa con cofradías en la calle o prefieren prohibirla. Aunque, a decir verdad, para preguntarles primero hay que encontrarlos porque después de hablar el otro día en el pleno con los parcelistas los cuatro ediles podemitas salieron corriendo más que Curro Romero ante un astado que no era de su gusto.
Julio el Tabernero