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viernes, 9 de septiembre de 2016

Obispo Demetrio: "Si el Ayuntamiento quiere organizar fiestas populistas, hágalo otro día o con otro motivo"


Guillermo Rodríguez. La celebración litúrgica de la Festividad de la Fuensanta tuvo uno de sus momentos álgidos en la homilía que Monseñor Demetrio Fernández, obispo de Córdoba, desarrolló ante el numeroso aforo asistente en el Santuario de la Virgen. Una homilía enmarcada entre los actos que la ciudad de Córdoba festeja en honor a la Reina del Santuario, en los que los eventos religiosos y los festivos no son más que las dos caras de la misma moneda. Una celebración que por segundo año consecutivo ha gozado de una estéril polémica derivada de la exclusión de la parte religiosa de la fiesta en el programa que edita, con dinero público, el ayuntamiento de Córdoba.

En su alocución, el obispo fue inequívoco y contundente al afirmar que "quitar a la Virgen de la fiesta de hoy es dejar hueca y sin contenido esta fiesta. No obligamos a nadie a que sea creyente" para acto seguido citar a Juan Pablo II recordando que "la fe no se impone, se propone". Profundizó asegurando que "los cristianos tenemos derecho a vivir esta fiesta en torno a María y a pedir que la fiesta de la Fuensanta no sea adulterada, no sea profanada con otros contenidos que desplacen a la Madre, la Señora, la Reina de nuestras vidas y de nuestros corazones. La fiesta de la Fuensanta es la fiesta de la Virgen. La marca Fuensanta es marca cristiana, tenemos derecho a defenderlo y a que no nos quiten a la Virgen de esta fiesta". 

Monseñor Demetrio Fernández fue aún más contundente al declarar que "si el Ayuntamiento quiere organizar fiestas populistas, hágalo otro día o con otro motivo. Hoy es la Virgen de la Fuensanta, madre de todos los cordobeses y a ella le encomendamos nuestras vidas, nuestras necesidades, todo lo que somos y tenemos". Una severidad en sus argumentos que es muestra indiscutible de que la controversia está lejos de aplacarse y de que es tiempo de que la voz en defensa de los derechos de los creyentes se levante frente a quienes pretenden acallarla.

La firmeza de la homilía dejó paso a la esperanza cuando el obispo recordó que "los tiempos que nos toca vivir no son fáciles. Vamos saliendo de una crisis económica que ha trastornado los parámetros de nuestra sociedad. Pero más al fondo de todo eso, está el cambio de época y de paradigma para el hombre, para la convivencia social, para construir un mundo nuevo". En sus palabras también hubo tiempo para la reivindicación de la labor de la Iglesia frente a la inacción de los poderes públicos: "La ciudad de Córdoba acoge diariamente docenas y docenas de transeúntes, de personas sin techo. Cáritas diocesana en el albergue Madre del Redentor, a pocos pasos de aquí, acoge de 40 a 80 personas diariamente sin ninguna ayuda de los fondos públicos. Las necesidades básicas de todos estos pobres están sin cubrir por parte de la Administración, que mira para otro lado".

El último tramo del discurso, sirvió para que el máximo representante de la iglesia en la Diócesis de Córdoba recuperase el tono crítico y que la firmeza volviese a aflorar al aludir al aborto "en la ciudad de Córdoba sigue habiendo abortos provocados, matanza de inocentes en el seno materno. El domingo pasado, el Papa Francisco nos proponía el ejemplo de Madre Teresa de Calcuta, cuyo grito profético: “¡No los matéis, dádmelos a mí!” resuena en el corazón de quien no ha endurecido su conciencia ante el crimen abominable del aborto. ¿Qué diría hoy ante tantos embriones manipulados, congelados o aniquilados con tal de conseguir una fecundación in vitro a costa de lo que sea?" al tiempo que recordó que "hoy los cristianos, en este y en tantos otros temas, no tenemos voz en el Parlamento, no nos sentimos representados en ninguno de los partidos políticos del arco parlamentario. Todos han claudicado ante el pensamiento único, haciéndose indiferentes ante el clamor de esta matanza de inocentes. Las Adoratrices de Córdoba, que cuidan de mujeres jóvenes en riesgo de exclusión por su condición de embarazadas, no encuentran ayuda en las instituciones públicas. ¿Esos pobres no son nuestros pobres, esas madres, esos niños?."







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