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viernes, 21 de octubre de 2016

El Nazareno se reencuentra con su pasado


R. Medina/G. Rodríguez. Son muchas las ocasiones en las que en determinados artículos de opinión, críticos con el devenir actual de nuestras hermandades, éstas son acusadas de no respetar su historia y de olvidar sistemáticamente aquellos elementos que configuraron su esencia en tiempos pretéritos. Por eso cuando una corporación realiza esfuerzos en pos de buscar en el arcón de su memoria lo que antaño fue, merece el justo reconocimiento por rescatar aquella parte de su espíritu que un día constituyó su realidad y que por las cuestiones del destino paso a engrosar esa parcela olvidada por el gran público y en ocasiones por muchos de sus propios hermanos.

Resulta hermoso y gratificante, en estos tiempos que corren, que las cofradías rindan tributo a la riquísima historia que atesoran. Una historia que se compone de multitud de recuerdos que configuran ese rosario de tradiciones olvidadas o perdidas que nunca debieron perder su lugar.

En la búsqueda de ese pasado que siempre han ser presente, la Real e Ilustre Cofradía de Nuestro Padre Jesús Nazareno, María Santísima Nazarena y San Bartolomé, celebra los días 1, 2 y 3 de Noviembre un Solemne Triduo en honor de Nuestra Señora de la Soledad, antigua Titular de la Cofradía, en la Capilla de la Residencia de Jesús Nazareno. Un culto que comenzará a las 20:30 horas con el ejercicio de Triduo y posterior Eucaristía.

Cabe destacar que esta imagen fue tallada por José de Mora, incorporándose al cortejo procesional en el siglo XVII de la Hermandad del Jueves Santo, llamando la atención de los cofrades de la época por su mayestático patetismo. Una vez más se otorga una inmejorable oportunidad a los cofrades de la ciudad de volver a deleitarse con la belleza singular de esta antigua imagen devocional.





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