Y llegó, como todo en esta vida, el momento de decir "hasta aquí hemos llegado", detener el tiempo, y echar una mirada al pasado. ¿Hasta dónde vamos a llegar?¿Realmente queremos perder el rumbo de nuestras cofradías? Y es que, ciertos comportamientos que últimamente se vienen viendo en el mundo de la Córdoba Cofrade, nos hacen pensar que efectivamente, esto "se nos va de las manos". Durante esta semana, he vivido un momento de reflexión bastante intenso a partir, entre otras muchas cosas, de una conversación con alguien bastante cercano a mi, y sobre una expresión citada por el mismo: "En la vida, los costaleros perdemos muchas veces el compás, pero hay que saber recuperarlo y adaptarse al mismo".
No se si recuerdan ustedes, mí artículo la pasada semana, donde exponía la filosofía del costalero como forma de vida, por supuesto, dentro de los valores cristianos que ello supone, filosofía que vivo desde que caminaba agarrado de la mano de mis padres, y que poco a poco, va calando y entrando en mi vida.
Esta semana, pueden ustedes comprobar que mi trocito de opinión dentro de este magnífico blog, en el cuál me sentí acogido desde el primer momento es algo diferente. Un magnífico elenco de cofrades conforman una de las que, y háganme caso que sé de lo que me hablo, es una de las mejores páginas cofrades a nivel no solo provincial sino a nivel, llegaría a aventurarme, nacional. Así que, queridos lectores de Gente de Paz, disfruten pues les aseguro que este gran elenco trabaja las 24 horas del día por intentar ofrecerle noticias relacionadas con el mundo cofrade, pero con la visión algo más subjetiva que un periodista puede realizar, queramos o no, todos los que formamos parte de este proyecto, somos cofrades y eso le da un guiño especial a todo... Así que, y como mi artículo de esta semana, toca hacer una pará en el camino... Volveremos con las pilas cargadas, no les quepa la menor duda
Miguel Ángel Carvajal Ruiz