Juan Gravina Ponce. La Gerencia de Urbanismo ha decidido continuar con el proceso de expropiación de los terrenos, que permitirán conectar los jardines de Orive con la calle Capitulares, el cual inició hace ya diez años. De este modo el consejo rector aprobó abonar a los misioneros claretianos 139.065 € de intereses de demora, trámite mediante el que, según aseguró su presidente, Pedro García, se culmina el proceso expropiatorio que permite unir el antiguo Huerto de San Pablo y la calle Capitulares. El pago de este justiprecio para adquirir el callejón del Galápago - de cien metros de largo por siete de ancho- hará posible la unión del huerto de San Pablo con el patio de acceso a Cultura.
No obstante, aunque ayer estaba prevista la firma del acto de pago y ocupación, la misma no tuvo lugar, ya que, según indicó el primer teniente de alcalde, “la representación de los claretianos no se ha presentado”. Pese a ello, Urbanismo tiene previsto depositar el valor de la expropiación esta misma semana para poder disponer de los terrenos e iniciar su adecuación.
Y es que la actuación de Urbanismo ha dado pie a la apertura de una investigación para aclarar si parte de los terrenos de la manzana de San Pablo son propiedad de los claretianos, tal y como figura en el Catastro, o del Estado, como cree el organismo municipal. El pleito por la manzana de San Pablo ya trae cola. El templo fue desamortizado por Mendizábal para, posteriormente, pasar a la Iglesia. Ya a principios del siglo XX el templo fernandino fue legado a los claretianos que, desde 1904, se hicieron cargo de que el conjunto (iglesia, convento y huerto) no cayera totalmente en el abandono gracias a la infatigable labor del Padre Pueyo. El Obispado intentó recientemente reclamar la propiedad del templo aunque se encontró con que el Supremo dio la razón a la orden claretiana.
Desde que el consistorio adquiriera terrenos anexos a la iglesia para la construcción de los jardines de Orive se han desarrollado diversos proyecto para abrir la manzana: desde la expropiación del cine San Andrés para lograr una conexión con el huerto de Orive hasta la creación de un acceso libre entre Capitulares y la nueva zona verde a través del actual aparcamiento para los automóviles municipales anexo a la Delegación de Cultura de la Junta. También hay constancia de ideas más arriesgadas, que no han terminado de cuajar, como la apertura al público de parte de la cimentación del Templo Romano —las antérides— y hacerlas visitables bajo la calle Capitulares.
No obstante, aunque ayer estaba prevista la firma del acto de pago y ocupación, la misma no tuvo lugar, ya que, según indicó el primer teniente de alcalde, “la representación de los claretianos no se ha presentado”. Pese a ello, Urbanismo tiene previsto depositar el valor de la expropiación esta misma semana para poder disponer de los terrenos e iniciar su adecuación.
Y es que la actuación de Urbanismo ha dado pie a la apertura de una investigación para aclarar si parte de los terrenos de la manzana de San Pablo son propiedad de los claretianos, tal y como figura en el Catastro, o del Estado, como cree el organismo municipal. El pleito por la manzana de San Pablo ya trae cola. El templo fue desamortizado por Mendizábal para, posteriormente, pasar a la Iglesia. Ya a principios del siglo XX el templo fernandino fue legado a los claretianos que, desde 1904, se hicieron cargo de que el conjunto (iglesia, convento y huerto) no cayera totalmente en el abandono gracias a la infatigable labor del Padre Pueyo. El Obispado intentó recientemente reclamar la propiedad del templo aunque se encontró con que el Supremo dio la razón a la orden claretiana.
Desde que el consistorio adquiriera terrenos anexos a la iglesia para la construcción de los jardines de Orive se han desarrollado diversos proyecto para abrir la manzana: desde la expropiación del cine San Andrés para lograr una conexión con el huerto de Orive hasta la creación de un acceso libre entre Capitulares y la nueva zona verde a través del actual aparcamiento para los automóviles municipales anexo a la Delegación de Cultura de la Junta. También hay constancia de ideas más arriesgadas, que no han terminado de cuajar, como la apertura al público de parte de la cimentación del Templo Romano —las antérides— y hacerlas visitables bajo la calle Capitulares.