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lunes, 28 de noviembre de 2016

Candelabro de cola: ¿Las mismas reglas para todos?


La mayoría de los cofrades podíamos imaginar que el tema de la nueva carrera oficial iba a dar para mucho. Tampoco éramos pocos los que acertamos cuando supimos que la aprobación del traslado de la carrera oficial a la Catedral y las calles aledañas era solamente el primera paso para muchos problemas que iban a dar la cara en los meses posteriores. De hecho ahí tienen ustedes el dichoso caso de la celosía, ICOMOS, el hijo del arquitecto, la Junta de Andalucía y compañía. A ellos ha habido que sumar las reclamaciones de las asociaciones de vecinos defendiendo sus propios intereses y quizá veladamente los de algún partido político progresista (puestos a pensar mal) al que le da sarpullido que se corten determinadas vías públicas siempre y cuando sea para una que trascurran por las mismas alguna procesión… Porque por todos es bien sabido que si se hace por manifestaciones de algunos colectivos, por el carnaval, por el desfile del orgullo gay o por las medias maratones esto no supone ningún problema ni dolor de cabeza. Hasta aquí, lamentablemente nada nuevo bajo el sol.

Lo que sí que particularmente a un servidor le ha dejado con las patas colgando ha sido conocer que ahora algunas hermandades van a poder utilizar Conde y Luque y Deanes para llegar a la Catedral. Así lo pudieron conocer la pasada semana los lectores de Gente de Paz cuando desde este medio se anunció que Santa Faz y Perdón utilizarán dicha vía para llegar al itinerario oficial. Y no es que me parezca mal, oiga. Si tal propuesta recibe el visto bueno de aquellas instituciones a las que les corresponda dárselo, fenomenal. Como se suele decir, a quien Dios se la dé, San Pedro se la bendiga. Lo que no me termina de convencer es que hace unos meses se hiciera hincapié, por activa y por pasiva, en que todas las calles que circundarán la carrera oficial iban a ser imposibles de transitar por las cofradías para evitar que se generaran problemas de seguridad. Ahora la duda pertinente que a quien escribe le surge es si antes de negociar los itinerarios todas las hermandades conocían o no que, según parece, finalmente algunas corporaciones sí van a poder a utilizar la inicialmente “vetada” calle Deanes. Quizá yo muy torpe o a lo peor resulta que estoy muy mal informado, pero a mí este asunto no me acaba de quedar del todo claro. ¿Juegan todas las cofradías con las mismas reglas?


Marcos Fernán Caballero







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