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domingo, 20 de noviembre de 2016

De Cerca con Antonio Ruf: “Está en mente de la hermandad la reforma integral del palio”


Guillermo Rodríguez. Pese a lo que pudiera parecer, no es fácil encontrar en el mundo de las cofradías, personas con la claridad de ideas de Antonio Ruf. Un hombre que destila saber estar, elegancia y una formación integral que le permiten tener una absoluta seguridad en sus planteamientos, analizar las carencias que le rodean y sobre todo ser capaz, a partir de su experiencia, de sentar las bases para solucionarlas. Un hombre con la inteligencia necesaria para asumir las críticas para construir sobre ellas, valor lamentablemente muy poco extendida en las cofradías contemporáneas y que se fija en detalles que a muchos otros escapan.

Encontrar a cofrades que sean capaces de entablar una conversación sobre hermandades sin que entre las diez primeras palabras aparezcan conceptos como banda o costalero es una inquietante y satisfactoria rareza, creánme lo que les cuento. No porque estos elementos no sean importantes sino por no son más que dos piezas más de un conglomerado maravilloso mucho más rico e importante que algunos hemos venido en denominar universo cofrade.

Por eso resulta extremadamente gratificante conocer en distancias cortas a hombres como Antonio Ruf, un cofrade humilde, que asume su responsabilidad con la naturalidad de quien es consciente de que el cargo es efímero y de que se ostenta para servir a sus hermanos, nada más y nada menos. Un cofrade de verdad, que no se desenvuelve entre nubes de incienso, porque no lo necesita, y que responde con franqueza a todas las cuestiones. No pierdan detalle.


¿Quién es Antonio Ruf?

Un hermano más de la Merced, que en este momento tiene la responsabilidad, por haber sido elegido por sus hermanos, de estar al frente de la Hermandad. Soy hermano desde el año setenta y cuatro, 42 años, prácticamente desde que vine a vivir a Córdoba. Yo vivía en El Carpio, porque mi padre trabajaba allí y desde aquella época soy cofrade. Era hermano del Nazareno de El Carpio, salía en la madrugada y con cinco años, me cuenta mi padre, que ya salía con él, de la mano. Cuando vinimos a vivir a Córdoba, a los pisos de Cepansa, la hermandad más cercana era está y aquí estoy mis raíces. Soy por tanto cofrade de cuna, lo he vivido desde pequeño y desde siempre he sido cofrade.

¿Se siente usted más capataz o más hermano mayor?

Capataz no me he sentido nunca, tal y como como se entiende ahora el término capataz. Ser capataz lo he vivido como un servicio más a la hermandad y yo he prestado siempre los servicios que la hermandad me ha pedido. Ahora, por supuesto, me siento más hermano mayor que capataz. Me hice capataz de una manera muy curiosa. Yo pertenecía a la Junta el año en que vino el Cristo, en el año 82. Cuando se decide que va a salir el Cristo yo trabajaba en Sevilla y como digo, pertenecía a la Junta de Gobierno. Cuando se plantea en Junta de Gobierno quién va a sacar el paso, me miraron a mí y me dijeron: "¿tú no estás en Sevilla? pues aprende". Así fue. Yo les dije lo intentaría. Tenía 21 años, era mucha responsabilidad para una persona tan joven. Yo vivía en Sevilla de lunes a viernes y me fui pegando al ambiente y viendo ensayos. Tenía un compañero muy cofrade, Luis Mouriño, que era compañero mío en la cuadrilla de Desamparados, de Rafael Muñoz. Venía en la primera trabajadera, a mi lado, y al ser sevillano sacaba a la Salud de San Bernardo. Me me presentó a algunos capataces que me enseñaron mucho, en particular Jesús Basterra, que hoy día ya está retirado. A él me arrimé, aprendí lo que pude y me puse al frente del paso.

Usted accedió al cargo de hermano mayor en enero de 2014. ¿Cuáles cree que han sido los hitos más importantes de lo que lleva de mandato?

A mí me gusta más señalar los logros espirituales que los materiales. Estoy muy satisfecho del auge que han tomado los Jueves Eucarísticos. Como Hermandad Sacramental es algo muy importante para nosotros. Y también estoy muy satisfecho de los cultos, del Triduo de la Virgen, que cualquiera que haya venido es consciente de lo que es, del besamanos del día 24 de septiembre y el Quinario del Cristo. Muy satisfecho en general de los cultos.

¿Qué le queda por hacer?

En las hermandades siempre hay cosas por hacer. Si nos referimos al plano material en un año que me queda de legislatura, iniciar el paso de palio; no hay tiempo para más.

En Septiembre de 2015 se presentó el proyecto de nuevos respiraderos obra de Manuel Jesús Sánchez y Manuel Valera. En aquella presentación se indicó que si todo marchaba como estaba previsto se estrenaría el frontal en 2017. ¿En qué situación se encuentra la ejecución?

Efectivamente. Está en fase de ejecución el frontal con el propósito de ser estrenado en 2017. A Manolo Valera ya lo hemos visitado en varias ocasiones para hacer un seguimiento y aún no está muy avanzado, pero las bases sobre las que se van a hacer el trabajo ya está realizado. Hablamos del frontal y sin bordar, ya sabe que lleva parte de orfebrería y parte de bordado. Estamos hablando solamente de la parte de orfebrería.

¿Se atreve a aventurar fechas para que se complete la obra?

Es muy complicado, porque ya sabemos el montante económico que tiene esto y nunca se sabe. La idea es ir dando pasos año tras año con lo que se pueda, pero no nos marcamos una fecha concreta. Hay que considerar que en principio el proyecto eran los respiraderos, pero está en mente de la hermandad la reforma integral del palio porque es muy antiguo y no cabe duda que la necesita. Lo más acuciante eran los respiraderos que era lo que estaba en peor estado, pero el proyecto es prácticamente un palio nuevo, excepto lógicamente el bordado, la orfebrería completa, incluyendo candelabros de cola que no tenemos.



¿Cómo marcha la financiación?

Tenemos varias vías abiertas. Una es el frontal hecho cuadraditos, a través del cual cualquier hermano que lo desee puede apuntar a su nombre y participar con una parte alícuota que implica un donativo de 5 €. Esta iniciativa está funcionando bastante bien. También hemos hecho unas cornucopias de participación en bonoloto y similares, que también ha tenido mucha aceptación. Y aparte de eso, donativos que están dando algunos hermanos, sin tener que participar en ninguno de estos dos métodos. En general la financiación está funcionando bastante bien, la gente está participando bastante.

¿Hay sitio para nuevos estrenos inmersos en un proyecto de esta envergadura como lo hubo para los ciriales?

Claro, al margen de este proyecto hay que ir haciendo pequeños retoques en el cortejo, que también está un poco flojito, como hicimos con el guión de juventud, que fue financiación completa del Grupo Joven. Este año, si todo va bien, en 2017 vamos a estrenar un Senatus, bordado por Francisco Pérez Artés bajo su propio diseño y orfebrería de Manuel Valera. Son varias cosas a la vez, que lo hace todo más difícil todavía, pero estamos en ello.

Con vistas a la próxima primavera, no es ningún secreto que el Lunes Santo es probablemente el día más complicado para que se alcance un acuerdo, ¿dónde podríamos situar el problema fundamental, el mayor escollo?

El mayor escollo es cuadrar a las hermandades tan variopintas que hay en el día. Tenemos dos hermandades de negro, que tienen sus características que lógicamente quieren mantener. Y luego estamos las cuatro restantes hermandades, de capa, que también tenemos las nuestras y que también queremos mantener. Y ahí está el quid de la cuestión, qué parte está dispuesto a ceder cada uno olvidando el pasado, porque aquí hay que partir de cero y volver a estudiarlo todo. Pero creo que vamos a llegar a buen puerto, no hay más remedio.

Ya sabe que en los mentideros corren rumores de todo tipo. Uno de ellos apuntaba a la posibilidad de que alguna hermandad del Lunes se esté planteando cambiar de día de salida. ¿Qué podría decirnos al respecto?

Hombre, yo no estoy autorizado a decir nada. Me consta que hay una hermandad del Lunes que, en el caso hipotético de que los problemas siguiesen, estaría dispuesta a cambiar de día, pero no te puedo decir más, salvo que no somos nosotros. No existe, al 100%, ni la opción, ni la posibilidad, ni planteamiento en ningún caso de que la Merced cambie de día de salida.

¿Qué significa para el hermano mayor de la merced la elección de Francisco Mellado como pregonero de la Semana Santa de Córdoba?

Una satisfacción tremenda, es un mercedario más al atril, ya llevamos unos cuantos, y mucho más siendo miembro de la Junta de Gobierno. Un acontecimiento para la Hermandad.

¿Se hace justicia?

Yo creo que sí. Paco se lo merecía. De hecho, yo tenía mi pequeña esperanza de que fuese durante mi mandato. Para mí es una alegría que un miembro de mi Junta de Gobierno sea pregonero de la Semana Santa de Córdoba.

La Obra Social que desarrolla la hermandad es motivo de orgullo para la Córdoba Cofrade, háblenos de ella

Nuestra obra social es básicamente Cáritas Parroquial. Nosotros la gestionamos. Nuestro director espiritual y párroco, nos la tiene cedida a nosotros y somos los que la trabajamos, apoyando el máximo número de familias que podemos, con todo tipo de ayuda, con campañas que hacemos nosotros y las que hace el grupo joven, como la recogida de material escolar, la operación juguete o la operación kilo, que haremos el día 10 de diciembre y continuamente luchando por ofrecer la máxima ayuda posible.

Los mencionaba ahora mismo. Otro valor incuestionable de la hermandad lo constituye su grupo joven. La Juventud Mercedaria presenta una espectacular vitalidad. ¿Obedece su funcionamiento a un plan preestablecido por la junta que usted preside o deriva de la propia iniciativa de sus miembros?

La Junta marca unas pautas en las que se deben mover, pero luego, le damos mucha iniciativa el diputado de juventud, para que dentro de sus particularidades y como él vea la situación, vaya planteando cosas. De hecho, tiene muchas iniciativas, algunas veces incluso que pararlo porque tiene más de la cuenta. (Risas)

¿Es la banda uno de los mayores activos de la hermandad? ¿En que se traduce su existencia?

Sin duda. Es complicado definir la situación de la banda, pero es una parte más de la Hermandad lleva el nombre de la Hermandad a todos los sitios donde van y es un grupo más, como el grupo joven o cualquier otro y estamos orgullosos y satisfechos de que sea así. Es todo un valor para nosotros. Económicamente ayuda, no cabe duda; todos los años, en mayor o menor medida, dentro de sus posibilidades, aportan su donativo a la Hermandad.

¿Cómo explicaría el hermano mayor de la Merced lo ocurrido con la antigua banda de música?

Es un proyecto que no se ha llevado a cabo. Por muchas circunstancias. En mi opinión el principal motivo de que esto haya fracasado, entre comillas... bueno, entre comillas no, ha sido un fracaso, quizás haya sido la premura con la que la banda se incorporó detrás del palio. Fallo de ellos por una parte y nuestro también por aceptarlo. Todos teníamos muchas ganas, evidentemente, pero quizás fue un poco precipitado y ese creo que ha sido el detonante de lo que ha sucedido.



¿Ha sido más una cuestión musical o económica?

Económica en ningún caso. Todo tiene su influencia, pero no ha sido el principal. Lo fundamental ha sido que la banda no iba creciendo al ritmo que la Hermandad tenía prevista. La Hermandad no había marcado unos plazos, pero evidentemente, cada año que pasaba exigíamos un poco más y la banda no iba no iba cumpliendo con esas expectativas. Llegó el momento de plantearlo, mantuvimos una reunión y llegamos a este acuerdo que llegamos, en el que ellos daban ese paso inicial de afrontar el proyecto por su cuenta y luego, lamentablemente, se ha llegado a su disolución. Es un proyecto de los muchos que emprenden las hermandades y que en algunos casos no se pueden hacer realidad:

¿Cómo valora Antonio Ruf los años de la Madrugá?

Los años de la Madrugá son difíciles de valorar. Por un lado fue un boom en Córdoba, porque no se conocía una Hermandad de música en la Madrugá, y la verdad es que el primer año fue muy bueno. Los motivos estén quizá en la forma de ser de los cordobeses, por no estar acostumbrados y la falta de tradición. La cuestión es que cada año que pasaba, había una disminución de espectadores y nazarenos y el último año fue un descenso vertiginoso. Eso, añadido a lo que cobran las bandas en esa fecha, se iba convirtiendo en una situación insostenible y hubo que dar el paso de abandonar.

¿En su opinión se dejó muy sola a la Merced desde los organismos oficiales?

No se le ayudó todo lo que se debía. Con un poquito de ayuda por parte de las instituciones quizá hubiese sido posible, no sé si por siempre, pero tal vez se hubiese mantenido unos años más. Pero esa ayuda no existía. Al principio parecía que sí, se vendieron algunas expectativas que luego no se materializaron y aquello cayó por su propio peso, no se podía mantener.

¿Y le faltó coraje alguna otra hermandad para intentarlo?

No lo sé, es posible que con la compañía de alguna otra hermandad si se hubiese podido llevar adelante, pero con el escenario que se montó, era imposible e inviable. Ya se ha visto que la otra Hermandad que lo intentó, también tuvo que retirarse de la Madrugá porque era insostenible.



¿Qué iniciativas de formación desarrolla la Merced

Desarrollamos un curso que llamamos Don Jesús Fernández Palomo, que fue un párroco nuestro que fue muy colaborador y nos ayudó muchísimo, con el que desarrollamos las iniciativas de nuestro Diputado de Formación. Ahora estamos analizando la primera homilía del Papa Francisco, con los tres conceptos que apuntó y también nos planteamos formación básica, porque es cierto que hay quienes necesitan una formación muy básica. No tenemos marcado un camino de antemano sino que cada año cuando se inicia el curso el Diputado de Formación hace una propuesta, la valoramos y aprobamos las tres o cuatro sesiones que suele durar el curso.

¿Qué le falta a la Merced?

Mi ilusión es ver a la Hermandad de La Merced totalmente consolidada en todos los aspectos. En el cultual, en el formativo y en el de caridad, que son los puntos vitales, como sabemos, de todas las hermandades. Estamos camino de ello. Sueños siempre hay. Me gustaría tener un cortejo de 500 nazarenos, que creo que es factible.

Le falta lo que creo que a todas las hermandades de Córdoba, que los hermanos que van saliendo de debajo de las trabajaderas se vayan incorporando al cortejo y cojan su túnica y no solo los costaleros, hay muchos nazarenos que cuando llegan a cierta edad, incluso muy joven, dejan la túnica y aunque en muchos casos se mantienen como hermanos, dejan de salir. Faltan nazarenos. Nosotros estamos viviendo ahora el regreso de gente cuyos hijos, que forman parte del Grupo Joven, les están reclamando que cómo es posible que no salgan de nazarenos. Sabemos que esta juventud está empujando fuerte, tienen unos valores muy buenos. Como anécdota, hay una niña que le dijo a su padre que no tenía vergüenza por no salir con la cofradía por no ser ya costalero. Ahora, afortunadamente, lo tenemos en las filas de nazareno, no le quedaba otra... (risas). Por ahí se están incorporando hermanos que abandonaron el cortejo.

Yo siempre he dicho que espero ver las manos arrugadas en los últimos tramos. Poco a poco las vamos viendo, pero es difícil. No sé si es la mentalidad cordobesa, quizá la costumbre, porque esto siempre se ha visto como una cosa de niños, los cortejos siempre han estado formados por niños y es difícil avanzar en este sentido. Además la sociedad cordobesa no se implica, en general, en sus cofradías, no existe esa implicación que sabemos que si existe en otras ciudades, en las que prácticamente toda la sociedad forma parte de la Semana Santa, de una manera o de otra. Cuando tengamos esos tramos con las manos arrugadas, habremos dado un paso importante en la Semana Santa de Córdoba.




¿Qué tiene previsto la cofradía al llegar al Colodro?

Todavía no tenemos nada claro, porque no sabemos el horario. Nos falta hablar con las monjas y concretar qué es lo que vamos a hacer. No cabe duda que nosotros queremos mantener el paso por el Colodro aunque la estación propiamente dicha, ya estaría hecha en la Catedral, algo queremos hacer allí, algo más rapidito seguramente, por el tema del horario, pero tenemos pensado seguir girando los pasos. Nos falta concretar exactamente qué haremos pero intentaremos por todos los medios que nos abran la puerta y hacer allí también una pequeña estación.

¿Entra en sus planes repetir mandato?

Ahora mismo ni me lo planteo. Queda un año y no me lo he planteado todavía. Quizá cuando pasen unos meses, habrá que irlo cuestionando. No depende solo de mí, depende de muchas personas que me acompañan en la Junta y habría que ver si están dispuestos a seguir. Pero de momento no me lo planteo.

¿De qué se siente más satisfecho?

En general de todo. Durante estos tres años estoy muy satisfecho. Hay una cosa que tengo muy grabada que es cuando el año pasado me tuve que subir al atril a decirle a mis hermanos que suspendíamos la estación de penitencia. Mantuvieron un comportamiento ejemplar, con una madurez tremenda. Me quedé gratamente sorprendido y los felicité, porque aceptaron la decisión de buen grado, salvo los más pequeños, lógicamente, pero quedé muy satisfecho del rigor y del silencio con el que se rezó el Via  Crucis dentro. También estoy muy satisfecho del Grupo Joven, que es el futuro de la Hermandad y en particular de los Jueves Eucarísticos, y de cómo se ha ido incrementando el número de asistentes; como Hermandad Sacramental que somos, para mí esa es una gran satisfacción.

¿Cómo se imagina dentro de cinco años?

Con mi cirio de nazareno. Y la Hermandad me gustaría que tuviese esos 500 nazarenos y el palio bastante avanzado. no digo terminado porque 5 años es muy poco tiempo para terminar la obra. La obra social, en la medida de lo posible, me gustaría verla aumentada. Y que los hermanos estén formados, que sepan que donde están es parte de la Iglesia y no nos podemos olvidar de ello en ningún momento.


Fotos Antonio Poyato





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