Siguen relamiéndose por San Lorenzo a cuenta de la salida extraordinaria del Señor, y no les falta razón, fue apoteósica, un éxito rotundo, bien organizado, bien llevado, cumpliendo horarios, por increíble que parezca a orillitas del Guadalquivir… tan bien salió todo, que ya hay quien por Basílica y Palacio han empezado a darle vueltas a la cabeza con vistas a 2020 en que se cumple una cifra perfectamente redonda. Aseguran los que aparentan estar siempre bien informados que pretenden no repetirse, aunque todo lo que no sea que el Señor vuelva a bendecir las calles de Sevilla, dejara una frustración y una sensación de orfandad difícil de digerir. Y puestos a añadirle un avío inédito, sólo se me ocurre que venga Francisco, el Papa proletario, a rendir pleitesía “Al que todo lo puede”. Por si quieren una ayuda, se me ocurre una manera sencillita para convencerlo; se nombra Hermano de Honor al Ayuntamiento de Marinaleda, se da una varita a Cañamero –quítensela antes de irse, que a saber para qué la utiliza si se la lleva- y el Sumo Pontífice vendrá con sumo gusto. ¡Ahí les dejo la idea… y de gratis!
Lo del Amparo es de otro planeta, ¡cosa fina oigan!. Qué arte, qué categoría, qué gusto exquisito, qué elegancia… yo no me atrevería a decir como ha dicho el concejal socialista que no sobran procesiones en Sevilla. Alguna de las que sufrimos los propios cofrades -no daré nombres si no es en presencia de mi abogado- para mi gusto serían perfectamente prescindible. Pero no es el caso del Amparo. Una hermandad con mayúsculas, que sabe hacer las cosas con un sabor a tradición sevillana de verdad, que destila el aroma de lo bien hecho, sin estridencias ni aditivos artificiales. Un lujo para los sentidos que cada año deja un magnífico sabor de boca en el ocaso del calendario de las glorias. La recuperación de la Cestería, todo un acierto. Sublime el caminar de la Virgen a los sones de “Amarguras” en la calle Galera. Si me admiten un consejo, perseveren por ese camino. Más de uno debería dedicarse a coger apuntes.
¡Qué nos gusta una asamblea y una reunión al más alto nivel a los capillitas sevillanos!. ¡Qué arrebato de onanismo eso de salir en los papeles y pasar a la posteridad, aunque sea aparentando que hemos hecho algo!. Y si no hay caso, nos lo sacamos de la manga. “Escucharme, mi arma, ya que los lunes el Vía Crucis trae muchas veces poquita gente de vuelta, vamos a cambiarlo… bueno vamos a hacer lo que ustedes digáis, que sois los que mandan. ¡El viernes!... el viernes no va a poder ser, que ese día es el Vía Crucis del Arco y eso es competir en Champions, a ver si va a ser peor el remedio que la enfermedad. ¡El sábado!... mire usted, el sábado no se puede que empiezan muchos cultos de hermandades, besamanos, conciertos, traslados, Vía Crucis… y al final podemos provocar que no asistan muchas de ellas al Vía Crucis Oficial, y no se trata de hacer un pan con dos tortas. ¡El domingo!... El Domingo vamos a tener el mismo problema que el sábado, que los besapiés se multiplican en estas fechas. ¡El lunes!... Ese, ese… ese es el día bueno… vamos a ponerlo el lunes. ¡Qué buenos somos en San Gregorio y qué decisiones trascendentales tomamos! ¡Si es que no se pué aguantá!
¡Ahí queó!
Costal Hero