Se acabó el suplicio de las elecciones de San Gonzalo. No veas mi arma, lo jartibles que han sido algunos con la campaña mediática a favor de Laglera, tanto nadar para morir en la orilla. Y no será porque algunos no se lo han currado, bazofia de artículo escatológico incluido. Yo, que no conozco personalmente ni a uno ni a otro, les reconozco que, de entrada, me daba lo mismo quien ganase. Eso sí, cuando uno se pasa más de media campaña diciendo que lo que hace falta es unidad, acusando veladamente al de enfrente de haber dividido a la hermandad, bonito no queda. Ya resulta raro construir una candidatura alternativa a un año de una coronación canónica (igual se tendría que haber pedido una prórroga), pero más raro resulta que haya quien desde la supuesta objetividad de quien afirma ser periodista se intente orientar claramente a la opinión pública a favor de un candidato… sin conseguirlo visto lo visto. A mí que, que soy rebelde por naturaleza, basta que me quieran hacer ver una cosa para que me incline por la contraria, así que de haber sido hermano de San Gonzalo hubiese votado por quien ha ganado. Lo siento por los hooligans.
Liarla de verdad es lo que han hecho los chicos del cinturón con lo del cambio de fecha del traslado del Gran Poder. Patinazos así son los que destrozan la credibilidad de cualquiera. Todos los que se arriesgan a dar noticias están sometidos al error pero aquí hay una serie de fallos aparejados que yo creo que no se pueden cometer. Primero, nunca se revela una fuente. Segundo, oficial es cuando el protagonista lo hace oficial y no antes. Y tercero que un sacerdote diga que el día tal no hay misa… a mí no me bastaría para dar por buena una información, yo entiendo por contrastar otra cosa, se puede haber equivocado el hombre o simplemente trasladar una posibilidad que le han comentado otros… pero el que la lleva la entiende. Y que conste que el hecho de que se termine adelantando al jueves no elimina la cag... el patinazo. Oficial no era, lo diga Agamenón o su porquero. Ojo, tampoco comparto la opinión de quienes les han atizado sin medida. Una información no es falsa porque no la confirme el protagonista. Podrá no ser oficial pero no tiene por qué ser falsa, que algunos no dicen nada más que memeces. Si la información está debidamente contrastada es noticia, lo confirme el protagonista, en este caso la hermandad, o no. Hacer periodismo es muy difícil, mi arma, a ver si respetamos a quienes se arriesgan que pasarse la vida tocándose la nariz esperando que otros se tiren a la piscina para atacar es de mediocres.
Me dicen mis contactos por Triana que algunos aseguran haber visto esta misma tarde la trasera del palio de la O buscando la Calle Castilla. Pase que en una extraordinaria los tiempos sean más flexibles y que no importe ronear un poco más de lo debido, que a fin de cuentas se trata de un día de fiesta y celebración. Pero el roneo tiene que tener la medida suficiente como para no llegar más de hora y media tarde, que el truco del cambio de hora no cuela, y para que el público asistente sea bastante inferior al que podría haber sido si el horario no hubiese sido tan “caribeño”. Una cosa es no estresarse y otra muy distinta hacerse pesado. Ya saben eso de “lo bueno si breve dos veces bueno”. Eso sí, esta es una costumbre que no es nueva del sábado. Todavía me acuerdo de la extraordinaria de la Macarena o la de la Esperanza de Triana que duraron más que la investidura de Rajoy. A ver si alguien toma nota para el futuro.
¡Ahí queó!
Costal Hero