Carlos Gómez. Apenas unas horas después de haber sido noticia, merced al extraordinario regalo realizado, a la que es su hermandad, por parte del maestro Morante de la Puebla, del que nos hicimos eco en Gente de Paz, María Santísima de la Caridad en su Soledad ha protagonizado un besamanos en su hogar situado en pleno corazón del Arenal, del que nuestro compañero Benito Álvarez ha querido dejar testimonio a través de esta excelente crónica gráfica.
Su origen partió de los deseos de la Hermandad de sacar un paso de palio tras el paso de Misterio donde procesionan el Santísimo Cristo de la Misericordia y Nuestra Señora de la Piedad, algo que se hizo realidad en el año 1926.
Sin embargo en esos primeros años fue la Virgen de la Piedad la que procesionó en el paso de palio, mientras que una imagen de María Magdalena de la propia Hermandad hacía de Piedad.
Sin embargo en esos primeros años fue la Virgen de la Piedad la que procesionó en el paso de palio, mientras que una imagen de María Magdalena de la propia Hermandad hacía de Piedad.
La talla de la Virgen de la Caridad se caracteriza por la posición frontal de su rostro, de cálidas encarnaciones, que el paso del tiempo oscurecieron notablemente. Debido a ello, la imagen fue posteriormente restaurada bajo la dirección del profesor Juan Manuel Miñarro, que le devolvió su fisonomía original.
