La Macarena amanece vestida como en el siglo XIX

Jesús Pérez. Un año más, las dolorosas aparecen ataviadas de negro en el mes de noviembre con motivo de la celebración de Todos los Fieles Difuntos. Una tradición que impuso la Hermandad de la Macarena a partir de la muerte Joselito el Gallo, reconocido cofrade y Consiliario Primero de esta corporación aquel año.  Desde entonces y en varias ocasiones puntuales ha vuelto a hacerlo hasta que en los sesenta se decidiera vestir a la Virgen de negro el mes de noviembre en honor a los hermanos difuntos.

Hoy 2 de noviembre ha aparecido de nuevo la Virgen de la Esperanza Macarena vestida de negro, pero esta vez a la usanza del siglo XIX. Para esta ocasión, luce una mantilla de Bruselas de color negro, combinada con un encaje de malla dorada que conforma el Rostrillo de la Santísima Virgen. El manto y la saya también son de terciopelo negro, cuyos bordados fueron extraídos del antiguo manto de Juan Manuel Rodríguez Ojeda. Cabe mencionar, que este atavío ha causado recelo en el vestidor y la priostía por parte de algunos cofrades.

Las joyas que están coladas en el pecho de la Virgen son la Cruz del Cardenal Bueno Monreal y un broche donado por la Hermandad de Jesús del Gran Poder, obra de Emilio García Armenta. Mientras, en la mano izquierda porta el Rosario del Papa Juan XXIII.

En la peana del Camarín hay dos relicarios. Por un lado, el de Santa Ángela de la Cruz, y por otro, el relicario de la Concordia en el 50 Aniversario de la Coronación de la Santísima Virgen de la Esperanza, cuyo indudable valor radica, en que está dedicado a una Espina de la Corona de la Bendita Imagen de Nuestro Padre Jesús del Gran Poder. Imagen que presidirá el Jubileo de las Hermandades y Cofradías de la Archidiócesis el próximo 5 de noviembre.