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miércoles, 9 de noviembre de 2016

La mirada más íntima de un recuerdo para la historia


Antonio Rendón. Se celebró en la Catedral de Sevilla, la misa estacional del Jubileo de las Hermandades y Cofradías de la Archidíocesis con motivo del Año de la Misericordia. Este pontifical se celebró en el altar de plata de Laureano de Pina, en la nave del Crucero de la Catedral hispalense, con la imagen de Nuestro Padre Jesús del Gran Poder entronizado en su paso penitencial de Ruiz de Gijón.

La Eucaristía en el Altar del Jubileo catedralicio, fue oficiada por el arzobispo de la Archidíocesis de Sevilla, monseñor Juan José Asenjo y concelebrada con el obispo auxiliar monseñor Santiago Gómez Sierra. Este fue el acto central de cuantos se organizan entorno a la imagen de Jesús del Gran Poder en esta celebración por el año de la Misericordia.

En la ceremonia jubilar estuvieron presente, el nuevo ministro del interior, Juan Ignacio Zoido Álvarez, la subdelegada del Gobierno en Andalucía Felisa Panadero Ruz, y el delegado de Seguridad, Movilidad y Fiestas Mayores del Ayuntamiento de Sevilla, Juan Carlos Cabrera, el presidente del Consejo de Cofradía de Sevilla, Joaquín Sainz de la Maza y Conesa, entre otras autoridades y representaciones. El alcalde de Sevilla, Juan Espada no asistió al acto por encontrarse en Londres, en la representación de la exposición de los pintores sevillanos de Murillo y Velázquez.

En su homilía Monseñor Asenjo realizó una llamada al compromiso de los cofrades, para que sean orantes, comprometidos santos y misericordiosos, dijo que el “Jubileo nos invita a salir de la tibieza, la mediocridad y el aburguesamiento espiritual y restaurar la soberanía de Dios en nuestras vida, porque admitir la primacía de Dios es plenitud de sentido de alergia para la existencia humana porque el hombre ha sido hecho para Dios y su corazón estará inquieto hasta que descanse en El”.

Asimismo el prelado hispalense afirmó “Si de algo podéis estar ciertos en esta tarde, es que la ayuda de Dios nunca os va a faltar. Él Señor del Gran Poder , pero es al mismo tiempo el Dios fiel, el Dios compasivo y misericordioso, que nos mira con ternura. Contad también con la ayuda de la madre iglesia, que nos sostiene y acompaña en nuestro camino de fe. La parte musical la pusieron el Coro Virgen de los Reyes, acompañado por el órgano catedralicio del Rvdo. José Enrique Ayarra Jarne.

Fotos Antonio Rendón Domínguez








































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