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jueves, 17 de noviembre de 2016

¡Quién fuese lágrima para aliviar tu dolor!


Julia Nieto. Caridad, Reina Santa, princesa de San Andrés, lo que más deslumbra de Tí, más allá de tu indudable belleza, es tu nombre, pues en él llevas descrito, el principio esencial del hombre. Caridad, estrella vestida de luto. ¡Quién fuese lágrima para aliviar ese dolor tuyo! Cómo atreverme a escribirte de nuevo, con toda la vergüenza que me da el saber que por mi culpa, tu sentirás el dolor de ver a tu hijo, que por salvarme, morirá.

Caridad, que junto con tu Fe y Esperanza eres una virtud teologal, pues quien mejor que tú, para amar a Dios sobre todas las cosas y demostrarlo dándole al prójimo todo tu afecto y lealtad.

Si respondes al amor que te da Dios con firmeza y entrega, con fe y emoción, ¿Cómo va a haber mejor nombre para definir tu corazón?

Caridad, día y noche. Caridad, primera estrella de la mañana, Sol que ya se va. Tu hijo, en su buen suceso, te tiene presente, pues sabe que tu nombre es lo que el valor le da, para recordar que todo esto lo hace para cumplir la voluntad de su Padre, que esperándole está.

Caridad, tristeza amorosa, valor sin igual, pues en la calle de la amargura, eres la que con la mirada, a tu hijo le das paz.

Dame el coraje que me hace falta y enséñame Madre mía, que no es solo tu nombre el que me llama y que detrás de él hay más, que es la Caridad con mis hermanos, la que algún día, a tu lado me llevará

Fotos Antonio Poyato












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