Guillermo Rodríguez. Sólo el Gran Poder es capaz de democratizar a la multitud con el rachear de su sabiduría, sólo el Gran Poder es capaz de convertir cada rincón de Sevilla en un pedacito de paraíso, sólo el Gran Poder es capaz de detener el tiempo y lograr que el mundo entero contenga la respiración. El domingo, la historia grabó con letras de oro otro más de los capítulos que explican la indisoluble relación entre El Señor y Sevilla, entre Sevilla y El Señor... y nuestro compañero Benito Álvarez fue testigo de ello para dejar a las posteridad esta magnífica crónica gráfica de una cita con la historia... una cita con el mismo Dios.