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lunes, 26 de diciembre de 2016

Candelabro de cola: Navidades acomplejadas


Hace escasas semanas me hicieron llegar una penosa nota que, al parecer, firmaba la dirección de un colegio. En la misma, dirigida a los padres de los alumnos de dicha escuela, se informaba que era intención de la dirección contar con la participación de los mismos para decorar el centro docente por Navidad. Eso sí, rogando que los alumnos se abstuvieran de llegar adornos demasiado voluminosos (árboles de Navidad) así como cualquiera de contenido religioso para no herir la sensibilidad de los alumnos que profesen otra religión.

¡Manda narices!Ahora va a resultar que la fiesta que conmemora el nacimiento de Jesús se va a tener que celebrar sin hacer alusión alguna a la piedra angular del cristianismo. Y lo peor: que encima los creyentes en la doctrina cristiana tendremos que dar un millón de gracias por permitírsenos celebrar la Navidad. Ustedes oirán que los cristianos somos irrespetuosos y poco integradores. También que tendremos que intentar integrar en nuestras sociedades a los miembros de otros credos. Especialmente a aquellos que profesan doctrinas totalmente intolerantes con otras religiones y que no permiten la libertad de culto en sus países de origen.

A fin de cuentas uno no puede dejar de pensar que los amigos de lo políticamente correcto están consiguiendo lo increíble. Que a nadie le quepa duda que esta actitud borrega, cerril y acomplejada acabará por llevarse por delante años de avances, de libertad y de progreso que, a marchas forzadas y la sociedad occidental ha alcanzado. Tristemente esto no tiene visos de ir a mejor en el futuro inmediato, aunque dicen que no hay mal que mil años dure ni cuerpo que lo aguante. Miren ustedes cómo por fin, gracias al Señor, la insoportable Velvet acabó para siempre la pasada semana. ¡Algo es algo!

Feliz año 2017 para todos.


Marcos Fernán Caballero

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