Carlos Gómez. Una de las citas más singulares del Día del Purísima tuvo lugar en el Convento del Císter donde la Reina de los Ángeles regresó tras años de exilio. En su hogar, la dolorosa de la Hermandad de la Sangre, estos días más El Císter que nunca, presidió un diáfano Besamanos en el que la propia capilla sirvió de altar lamentablemente efímero. Una escena única para la Córdoba Cofrade de la que nuestro compañero ha querido dejar constancia con este reportaje histórico y esperemos que no irrepetible.