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jueves, 22 de diciembre de 2016

El Buen Fin agraciada con el mayor de los premios


Carlos Gómez. Mientras media España permanecía con la atención centrada casi en exclusiva en el Sorteo Extraordinario de Navidad de la Lotería Nacional, en la mañana de este 22 de diciembre, los hermanos de la Hermandad del Buen Fin han sido agraciados con el mayor de los premios, el regreso a casa de Aquél que ocupa el altar de su más íntimas devociones. Hoy ha sido repuesto al culto el magnífico crucificado de la corporación de San Antonio de Padua, que fuera tallado en 1645, por Sebastián Rodríguez, discípulo de Juan de Mesa y coetáneo y colaborador del taller de Martínez Montañés, que tras ser restaurado en 1979 por Luis Ortega Bru, constatándose que la imagen es de madera maciza y sin clavos en su estructura, ahora ha sido objeto de un estudio por parte del Instituto Andaluz de Patrimonio Histórico a fin de realizar una evaluación acerca de la conveniencia de ser objeto de labores de conservación.

El Santísimo Cristo del Buen Fin, es un Cucificado que representa a Cristo muerto, de 1,66 metros de altura, gubiado por Rodríguez, pese a que durante un tiempo estuvo atribuido a Juan de Mesa, a quien se lo encargo el 4 de octubre de 1645 la Cofradía del Santo Sudario de Jesucristo y Madre de Dios de la Palma, con sede canónica en el franciscano convento de San Antonio de Padua. Está realizado en madera que fue policromada por el pintor Manuel Rodríguez, siguiendo los modelos iconográficos de Mesa, pueden detectarse en la talla ciertos rasgos que se alejan un poco del estado de laxitud que se representa.

En el contrato de encargo de la obra, se acuerdó que el Cristo, de tamaño natural, ya esté expirado, realizado en madera de cedro, y tallado "lo mejor que sea posible". Su precio se fijó en 150 ducados, debiendo entregarse a los dos meses y medio de la fecha del encargo, por lo que se acabó en dicho año, 1645. Tras la ocupación de Sevilla por las tropas napoleónicas la imagen fue trasladada a la Iglesia del Salvador, donde quedó depositada hasta 1909, año en que los cofrades lo reclamaron para reorganizar su Hermandad.

Foto Hermandad Buen Fin


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