Redacción. La Cabalgata de los Reyes Magos que tiene lugar en Córdoba la tarde-noche del 5 de enero se remonta a la primera mitad del siglo XX. Fue en 1925, cuando se organiza la primera Cabalgata de la ciudad, nacida con el objetivo de repartir juguetes y ropas a los 214 niños acogidos la Escuela Parroquial Ave María siendo su promotor el rector de la parroquia de San Francisco, Carlos Romero Berral y el inestimable apoyo de José Cruz Conde, alcalde de la ciudad. Tuvo un gran éxito, como consecuencia del apoyo recibido de muchos cordobeses con sus aportaciones tanto en juguetes como en donativos.
Aquel año, el recorrido se desarrolló por las calles del barrio de San Francisco, partiendo de la Posada del Potro y parando en la Ermita de la Aurora donde se hallaba instalado el portal de Belén. Sus Majestades se bajaron de sus cabalgaduras y adoraron al Niño. Continuaron el recorrido subiendo hasta el Ayuntamiento para volver por la calle Armas, donde estaban las Escuelas, realizándose allí la entrega de juguetes.
La Cabalgata la abrían batidores a caballo de la Guardia Municipal, seguidos de la banda de clarines del Cuarto Regimiento de Artillería Pesada. Continuaba un heraldo que portaba una dalmática donde aparecían los Escudos de Córdoba y España, otro conducía una farola con luz eléctrica que representaba la Estrella de Oriente. A continuación seguían los niños de la Escuelas Ave María con ramos de monte simulando un bosque por donde marchaban los Reyes. Éstos, vestidos de lujosos trajes orientales, iban montados en briosos caballos que eran conducidos por pajes. A los lados discurrían muchachos con túnicas judías portando grandes hachones. Detrás de la comitiva iba una gran carreta tirada por dos bueyes en la cual estaban los juguetes. Cerraba el cortejo la banda de cornetas, tambores y música de las Escuelas Ave María.
Tras el éxito cosechado, en 1926 Carlos Romero se propuso una aventura con mayores vuelos, de forma que extendió tan feliz idea a los niños acogidos en los centros benéficos, como la Casa Socorro Hospicio y la Casa de Expósitos. La Cabalgata tomó un nuevo recorrido aumentando considerablemente su trayectoria. Partiendo de la plaza del Potro pararon en el portal de Belén que volvió a quedar instalado en la Ermita de la Aurora y adoraron al Niño Jesús. Continuó la comitiva hacia el Ayuntamiento, subiendo por la calle Alfaros hasta plaza de Colón, lugar donde estaba situada la Casa Hospicio. Los Magos de Oriente fueron recibidos en el patio. Allí, donde estaban todas las autoridades, entre las que se encontraban el Gobernador Civil y Militar así como el Presidente de la Diputación y otras autoridades, acogieron y dieron la bienvenida a S.S.M.M. Los niños disfrutaron al ver llegar a los Reyes Magos por primera vez, máxime al ser obsequiados con regalos y su cariño.
Terminados los agasajos, la comitiva tomó camino hacia el centro de la ciudad enfilando el barrio de la Catedral donde estaba ubicada la Casa de Expósitos. Al entrar en el recinto fueron acogidos por el alcalde de la ciudad Pedro Barbudo Suárez-Varela, nombrado alcalde de Córdoba en el periodo que va desde el 3 de enero al 29 de octubre de 1926 cuando José Cruz Conde fue elegido para desempeñar la Comisaría Regia de la Exposición Iberoamericana de Sevilla, que saludó a los Magos y a su séquito con todos los honores que merecía tan dignas Majestades. Dentro en el patio un numeroso grupo de pastorcillos los recibieron con aplausos, cantándoles villancicos acompañados por castañuelas. Posteriormente repartieron juguetes entre los pequeños acogidos dando por terminada la visita. El éxito de la Cabalgata en este año fue sorprendente, pues los padres con los niños se echaron masivamente a la calle para disfrutar de tan magnífico acontecimiento. Esto motivó que en años consecutivos Carlos Romero volviera acometer tan Regia empresa para deleite de pequeños y mayores.
En años posteriores continuó saliendo la Cabalgata desde los Patios de San Francisco recorriendo diferentes itinerarios de la cuidad, tendiendo siempre a cumplir el objetivo de ir a visitar la Casa Cuna y también la Casa Hospicio, donde eran recibidos S.S.M.M. por las autoridades. Algún año llegaron hasta el Asilo de Ancianos desamparados de Madre de Dios y San Rafael. Igualmente otro año repartieron juguetes a los niños humildes en la plaza de la Magdalena.
Durante los años 1933 y 1934 no se realizó la Cabalgata. Hay varias versiones sobre este hecho. Una, en el año 1932 al llegar los Reyes Magos a un centro benéfico, uno de los reyes se negó a entrar con motivo de ser recibidos tocándoles el Himno de Riego, este dijo: -Hay que tocar la Marcha Real ya que somos dignos Monarcas. El incidente habría provocado la suspensión en los años siguientes. La otra versión defiende que otro incidente ocurrió en el patio de la Diputación, donde era costumbre realizar por aquél entonces la adoración de los Reyes Magos al Niño Jesús expuesto en un Belén. Según esta versión un importante político se negó a que el acto tuviera lugar.
En 1935 se vuelve a organizar la Cabalgata todavía bajo la dirección de Carlos Romero, con el apoyo de las autoridades y en especial del Presidente de la Diputación Pablo Troyano Moraga que a la vez ostentaba la dirección del Diario Republicano La Voz de Córdoba. Esta persona fomentó una campaña de apoyo a la Cabalgata con objeto de continuar una costumbre popular que deleitaba a los pequeños y mayores. Se consiguió realizar ese año una magnífica Comitiva Regia donde de nuevo los cordobeses se echaron a la calle para recibir a tan insignes Monarcas. El patio de la Diputación llegó a congregar a 3.000 personas para recibir y agasajar a sus Majestades.
La Guerra Civil no impidió que se celebrara la Cabalgata de los Reyes Magos. En 1936 se celebró con gran pompa y organización siendo acogidos de una forma exuberante en los Centros de Benéficos, incorporando por primera vez en su recorrido a la Clínica Hogar de San Rafael de los Hermanos de San Juan de Dios, en cuyo sanatorio fueron recibidos los Reyes de Oriente por los numerosos niños enfermos allí acogidos. Los Magos de Oriente les obsequiaron con regalos que habían sido donados por la Compañía de Guardias de Asalto. El Frente de Juventudes tomó el protagonismo de su organización entre 1937 y 1943, con la colaboración imprescindible del párroco de San Francisco Carlos Romero, precursor de la tradición.
A partir de 1939 el desfile se inicia en la explanada junto al Puente Romano en el Campo de la Verdad. En 1940 se suspendió el Cortejo de S.S. M.M. por culpa de las inclemencias del tiempo al ser una tarde de intensa lluvia, lo que no impidió que los Reyes de Oriente acudieran a los Centros Benéficos donde anualmente acudían para entregar los juguetes a los menores allí acogidos. En 1942 incorporaron los Magos de Oriente en sus visitas, la Cárcel de Mujeres y el Refugio de Pobres y Mendigos ubicado en la calle Agustín Moreno. En 1944 retoma de nuevo la organización de la Cabalgata Carlos Romero Berral, con el apoyo económico que aportan los comerciantes, industriales y personas de ámbito particular. De esta forma se vuelve a las formas primitivas de recaudación.
Con la muerte de Carlos Romero en el año 1945, la Cabalgata fue organizada por el nuevo párroco de San Francisco Manuel de Vigara Ruiz que la mantendrá entre 1946 y 1949. Para llevar a efecto el Desfile Regio recurre a la voluntad dadivosa de todos los cordobeses por medio de suscripciones. Dentro de las penurias existentes en aquellos años de escasez, el organizador consigue llevar adelante los Cortejos Reales de una forma digna, aunque muy menguada en posibilidades de todo género por la estrechez del presupuesto económico. Hay que destacar que en 1946 formó parte de la Cabalgata una carroza especial alegórica en homenaje a Carlos Romero.
Un nuevo impulso
Una nueva etapa se establece en la organización de la Cabalgata a partir de 1950. Con la llegada de Alfonso Cruz Conde a la alcaldía la ciudad magnifica el Regio Desfile. El alcalde solicita al popular Rafael Sánchez Núñez que se encargue de su organización, frente al peligro previsible de la perdida de la tradición tras la retirada de la organización de la Parroquia de San Francisco y el presupuesto cada vez más exiguo. A pesar del evidente apoyo municipal, se decide mantener la organización de forma autónoma del Ayuntamiento, pues no se quiere perder el carácter popular de realizar el desfile sin las aportaciones voluntarias de los ciudadanos.
Rafael Sánchez, nombrado Embajador de S.S. M. M. en Córdoba, decide cambiar la salida de la comitiva y la desplaza nuevamente al compás de San Francisco, incorporando a la comitiva personajes famosos que representaran a los Magos de Oriente, como poetas, periodistas, pintores, toreros y futbolistas. Entre ellos, representó a su Majestad Baltasar el matador de toros Manuel Calero "Calerito" en 1950. Este hecho motivó que el Magno Desfile se desplazara ese año al barrio de Santa Marina, llegando a la calle Mayor de Santa Marina a la altura de la Taberna Casa Vidal, donde estaba ubicada la Peña Club Calerito. Allí paró la Carroza Regia en la que iba Su Majestad Baltasar. Éste se puso a entregar juguetes y golosinas a los niños del barrio. Aquel mismo año empiezan a incorporarse a la Comitiva Regia algunos elementos más profanos, como una Carroza Sorpresa, que llevaba una "Bruja Mala" enjaulada, que se pretendía llevarse a los niños traviesos, y que Sus Majestades capturaron para que esa noche no pudiera llevarse a ninguno.
En 1953, todavía con Antonio Cruz Conde como alcalde, se formaliza la organización de la Cabalgata por parte del Ayuntamiento a través de la Comisión de Ferias y Festejos, haciéndose cargo el mencionado Rafael Sánchez que ostentó la dirección del evento hasta los años sesenta. Es en esta fecha cuando empiezan a estar representados los Reyes Magos por concejales o funcionarios del Ayuntamiento, como el Secretario Mayor Antonio Bejarano Nieto que hizo las veces de Gaspar. En 1955 no salió la Cabalgata por las inclemencias meteorológicas. Ese año estaba previsto que comenzara el itinerario por primera vez en la carretera de la Fuensanta, hoy avenida de la Fuensanta, junto al Santuario del mismo nombre, hecho que ocurrió a partir de 1956, lo que prolongó el recorrido discurriendo por el Paseo de la Ribera hasta la calle San Fernando.
A partir de 1957 nuevamente participa en la Cabalgata la Organización Juvenil del Frente de Juventudes, no como organizadores, sino como colaboradores, de tal forma que una persona de esta Organización iba representando a uno de los Insignes Monarcas. Incluyeron en el recorrido a centros benéficos regentados por este organismo como algunas guarderías del Auxilio Social. A partir de 1959 se incorporan carrozas alusivas a cuentos infantiles como Blanca Nieves y los siete Enanitos, Caperucita Roja o La Bella Durmiente.
En 1960 la Cabalgata volvió a salir de la carrera de la Fuensanta. Este año participaron el Círculo de la Amistad y Círculo de Labradores que presentaron dos carrozas de las 14 que desfilaron. Hubo cierta precipitación en la organización y fue muy tardía la hora de salida, cosa que la prensa local señaló como elemento a corregir en años sucesivos. Este fue el último año que organizó la cabalgata Rafael Sánchez Núñez después de haber estado al frente de ella una década.
En 1961 la comitiva partió por primera vez del Alcázar de los Reyes Cristianos. Fue organizada bajo la supervisión y diseño del arquitecto municipal José Rebollo Dicenta, presentando una renovada organización que fue muy acogida por el público. Sus Majestades iban montados en caballos. Contó, al igual que al año siguiente, con la participación del Círculo de Labradores, el Círculo de la Amistad y el Frente de Juventudes.
La novedad de 1962 estuvo en que el novillero en auge "El Cordobés" formó parte de comitiva como Rey Melchor. Nuevamente se apela a las aportaciones populares para la organizar la Cabalgata de los Reyes Magos, encabezando la lista el Ayuntamiento con 20.000 pesetas. Este año se incrementó el número de carrozas llegando a un total de 17. Hacia la media noche los Reyes acudieron a visitar la Parroquia de San Antonio de Padua donde repartieron numerosos regalos a los vecinos damnificados por las lluvias.
En 1963 no pudo efectuarse el desfile de la Cabalgata a causa de la lluvia. Se habían confeccionado tres hermosas carrozas realizadas por artistas valencianos que servirían de tronos para SS.MM. La organización estuvo a cargo del Ayuntamiento en colaboración de la Diputación y el Frente de Juventudes.
La Cabalgata de 1964 transcurrió dentro de la normalidad pero con una reducida participación de carrozas. Sin embargo, la afluencia desbordante de cordobeses por las calles del recorrido fue superada con respecto a otros años. La organización estuvo a cargo de Comisión Municipal de Ferias y Festejos con la colaboración de los comerciantes e industriales de la ciudad. Ese año se recuperó la antigua costumbre de visitar a los niños enfermos acogidos del Hogar y Clínica de San Juan de Dios.
En 1965 fue la primera vez que se montó una carroza donde participaba la Reina de los Patios Cordobeses, añadiendo de este modo un punto innovador a la Cabalgata. Fue una jornada muy fría, pero el panorama meteorológico no impidió que los pequeños acudieran masivamente a recibir a los Tres Reyes de Oriente. Se incrementó de una forma cuantitativa el reparto de caramelos desde las carrozas de los pajes. Las que portaban a los Magos se superaron en calidad artística, detalle que mejoró considerablemente el desfile.
El desfile de 1966 fue totalmente motorizado sin que ninguno de los acompañantes de los Reyes Magos fuera a pie, lo que motivó que se agilizase la marcha y organización. Se presentaron 14 carrozas montadas en plataformas construidas ex profeso para este evento que fueron encargadas por la Comisión de Ferias y Festejos del Ayuntamiento. Participaron en el coste tanto el Ayuntamiento como entidades comerciales y personas particulares.
La entrada del año 1967 deparó un frío glacial que no impidió que los niños fueran a recibir a los Magos de Oriente que portaban unas lujosas y costeadas vestimentas confeccionadas al más puro estilo oriental. La Cabalgata contó con una importante aportación económica por parte del Ayuntamiento, Diputación y varios industriales de la ciudad.
Con tiempo más templado y favorable acogió a los Magos de Oriente el año 1968, que tuvo como protagonista principal el rey Baltasar que estuvo representado por el vicepresidente de la Federación de Peñas Cordobesas, que por primera vez participaba como Asociación en la Cabalgata Regia.
El tiempo fue nuevamente protagonista en 1969, ya que los Reyes Magos, fueron pasados por agua. Al enfilar el Cortejo Regio el centro de la ciudad la lluvia empezó a caer de forma inmisericorde, lo que motivó que se acelerase el ritmo de marcha con objeto de terminar cuanto antes. Aquel año se montó un Belén en los Jardines del Campo de la Merced, donde los Reyes de Oriente descendieron de sus carrozas para adorar al niño de una forma un tanto precipitada a causa de la lluvia. Inmediatamente después entraron al Palacio de la Diputación donde fueron recibidos como todos los años por las autoridades y los niños acogidos en el Colegio Provincial.
De este modo y merced a su permanente evolución, la Cabalgata de Córdoba fue sufriendo una metamorfosis que la fue acercando paulatinamente a la fisionomía con la que entró en la década de los setenta. Una fisionomía que abordaremos en el segundo capítulo de su historia.