José Barea. El 18 de diciembre es una fecha marcada en rojo -en verde, mejor dicho-, para todos los cofrades de Hermandades de la Esperanza de toda nuestra geografía. Las Cofradías de la Esperanza celebran estos días funciones de instituto y largas jornadas de besamanos.
En un rinconcito al sur del sur, llamado La Línea de la Concepción, se encuentra María Santísima de la Esperanza, una de las obras marianas más impactantes del imaginero sanroqueño Luis Ortega Brú. Con motivo de su Onomástica, tanto el equipo de mayordomía de la Cofradía como los vestidores de una de las mayores devociones linenses, hicieron brillar a la Reina de la Esperanza, a través de un montaje de altar elegantísimo y de la plasticidad a la hora de vestirla siguiendo el estilo antequerano de vestir a las dolorosas.
Muchos cofrades linenses, fieles y devotos se acercaron a la Parroquia de San Bernardo a primera hora de la tarde, para mostrar su respeto y cariño a María Santísima de la Esperanza y besar su mano. Día dieciocho de diciembre, el día en el que la Esperanza de María se hace más presente que nunca en nuestra bendita tierra.
