Con las deseadas vacaciones que los más pequeños recibían con inmensa alegría como antesala de las inminentes celebraciones, la Navidad parece arrancar definitivamente sin prescindir de costumbres tan características como cada vez más extendidas. Así, la Nochebuena comenzaba a ser anunciada desde el día de ayer con las calles del centro abarrotadas de gente a la búsqueda desesperada de todo lo necesario para el día siguiente – incluidas las inocentes demandas que algunos dirigen a un señor que trata de hacerse con todo el protagonismo – las típicas cenas y consiguientes excesos. Toda una asentada dinámica que continuaba en el día de hoy con lo que muchos se han empeñado en bautizar como “Tardebuena”.
Sin embargo, tras toda esa capa de superfluos y recién adquiridos hábitos, termina por llegar una ingente cantidad de buenos deseos en forma de felicitaciones que viajan masivamente a través de la tecnología en sustitución de las antiguas y clásicas tarjetas. También y por fortuna acaba por imponerse el valor de la familia y otras tradiciones de mayor arraigo en nuestras casas.
Entre esas tradiciones puede contarse sin duda la Misa del Gallo con la que siempre podemos recordar el auténtico sentido de la Nochebuena, que con tanta alegría es recibida. Y con ella quizá tengamos también la ocasión de ser más conscientes incluso de la fortuna que tanto nos ha sonreído y de aquellos otros que, desgraciadamente, no han corrido la misma suerte. Aunque como contrapunto cabe reconocer y destacar el importantísimo papel que nuestras hermandades juegan en este sentido y que, si ya lo hacen con admirable entrega a lo largo del año, cuanto más en estas fechas tan señaladas.
Es por eso que resulta justo reconocer la encomiable labor que han venido realizando las hermandades con campañas de diversa índole, en las que adquieren una gran relevancia la recogida de alimentos y entre las que es necesario mencionar el compromiso y los objetivos logrados por corporaciones como la de la Expiración, el Resucitado, el Rescatado y la Merced, con su Operación Tonelada, la inestimable ayuda del Colegio Almedina y la Nochebuena Solidaria, respectivamente, y debiendo sumar en el caso de la Merced a la gran cantidad de alimentos obtenidos, con el típico pasacalles, la exitosa campaña de juguetes, llamada a repartir ilusión entre los pequeños más necesitados que tendrán una Navidad mejor gracias a la dedicación y la solidad de las cofradías cordobesas.
Esther Mª Ojeda