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miércoles, 21 de diciembre de 2016

XXXV años de la última joya de Buiza que atesora Córdoba


Carlos Gómez. Francisco Buiza Fernández nació el 23 de abril de 1922, en la ciudad de Carmona, donde vivió con su padre, cabrero, su madre, lavandera y costurera, y sus seis hermanos. A la temprana edad de 8 años, estando en el Colegio Salesianos, comenzó a hacer figuras de nacimiento, que vendía a sus compañeros. En los Salesianos, donde permanece hasta los 13 años, se estimula su interés por las artes plásticas. Por aquél entonces, Buiza comenzó a modelar figuritas con la cera que chorreaba de los cirios en Semana Santa.

Las penurias económicas de la II República y la posterior Guerra Civil lo indujeron a realizar trabajos con el que ayudar a su familia. Así, hasta 1939 ejerció en su Carmona natal de agricultor, pastor o ganadero. En su tiempo libre, realizaba figuritas con raíces de olivo que tallaba con una simple navaja. En 1939 comenzó a trabajar como tallista en el taller de Francisco Vélez Bracho, donde aprendió a gubiar la madera, completando su formación cursando dibujo y modelado en la Escuela de Artes y Oficios. En 1945 Buiza se incorporó al taller de Pedro Navia como modelista, donde conoció a Ortega Bru, y a su gran maestro, el escultor e imaginero Sebastián Santos Rojas, en cuyo taller comenzó haciendo vaciados. La relación entre ambos se fue estrechando convirtiéndose en su discípulo predilecto. A partir de 1952 comenzó su andadura en solitario en su taller de la calle Viriato.

El 1962 sufrió un grave accidente de moto que lo mantuvo un año hospitalizado y que le dejará una cojera permanente. En aquél tiempo se encontraba realizando el Cristo de la Sangre para la Hermandad de San Benito, una obra que supuso su culminación y la gran oportunidad para demostrar su talento. Además de en Sevilla, Cádiz y Málaga son las ciudades que conservan sus obras más importantes, con permiso de las que habitan en Córdoba. Es considerado el maestro de grandes como Luís Álvarez Duarte o Juan Manuel Miñarro. El 1 de marzo de 1983 falleció después de una larga y dolorosa enfermedad.

Entre sus obras más importantes podríamos destacar el Cristo de la Sagrada Columna y Azotes, de las Cigarreras, el Misterio de la Resurrección, o Nuestra Señora del Amor, del Polígono de San Pablo, todas ellas en Sevilla, el Misterio de la Hermandad del Santo Entierro de Carmona, María Santísima de la Trinidad Coronada, Ntro. Padre Jesús Nazareno de Viñeros o María Santísima de la O en Málaga, María Santísima del Rosario en sus Misterios Dolorosos, el Santísimo Cristo del Descendimiento o el Santísimo Cristo de las Aguas en Cádiz.

Córdoba cuenta con dos importantes obras del escultor carmonense, Ntro. Padre Jesús Humilde en la Coronación de Espinas y Ntra. Madre y Señora Santa Maria de la Merced. Sin embargo no todo el mundo conoce, que la considerada última obra de este imaginero fundamental del siglo XX, su última joya, se atesora también en Córdoba. En concreto en la Barriada de Alcolea. En efecto, allí se halla Nuestra Señora de los Dolores, que fue bendecida el 20 de diciembre de 1981. Fue el inolvidable Fray Ricardo de Córdoba, siendo coadjutor de la parroquia de Nuestra Señora de los Ángeles quien promovió activamente la fundación de la cofradía que tiene como titulares al Cristo de las Cinco Llagas y a la propia Virgen de los Dolores.

Según explica Rafael Revuelta, hermano de la corporación "Buiza no tenía intención de venderla, ya que, según dijo, la había hecho para él, poniendo en su cara facciones más suaves; el entrecejo, por ejemplo, no tiene ese característico pellizco marcado del autor. Sin embargo, y pese a la negativa al principio de Buiza, una visita al taller en Septiembre de miembros de aquella Junta de Gobierno, con la inestimable ayuda de Fray Ricardo, acabaron por convencerlo". El propio Revuelta indica que la imagen de María Santísima de los Dolores "tiene una gemela, Nuestra Señora del Carmen Doloroso de Sevilla, obra de Berlanga, discípulo de Buiza, que usó el mismo molde para su talla". Realizó su primera salida procesional en la Semana Santa de 1982.

Una de los puntos culminantes de su breve pero intensa historia, tuvo lugar el 5 de Junio de 1988 con motivo de la celebración del año mariano. Aquél día, Nuestra Señora de los Dolores procesionó bajo el palio de Nuestra Señora y Madre Santa María de la Merced, hermandad con la que siempre estuvo vinculada la corporación de Alcolea, acompañada por la Sociedad Filarmónica Ntra. Sra. del Carmen de Salteras. Ahora, 35 años después de su llegada y tras haberse consolidado la corporación que le rinde culto, toda Alcolea celebra con intensidad una efemérides que cambió a la localidad cordobesa para siempre, con la inmensa felicidad de albergar en su seno a la última joya de un imaginero excepcional.

Fotos Hermandad de los Dolores




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