Hemos dejado atrás el mes de diciembre, las fiestas de la Natividad y la Epifanía y muchos cordobeses no tenemos muy claro si le vimos la espalda al rey negro o a un montón de cajas apiladas sobre un remolque a ruedas, y es que la pobre cabalgata del pasado 5 de enero, por definirla de una manera amable, dejo mucho que desear. ¿Pero qué íbamos a esperar de unos legisladores que contrataron o renovaron el contrato de una iluminación navideña de saldo?
La verdad es que yo no esperaba mucho más, ¿y ustedes? la pena es que tenemos una empresa ponteña, vamos de Puente Genil, de aquí al lado, muy cerquita, paisanos, que no sólo ilumina la navidad y las fiestas de media España, sino que también llena de luces New York, y digo yo, ¿no podíamos hacer un poquito de patria y contratar algo más digno? ¿No sería posible que córdoba sirviera de escaparate mundial de sus diseños? ¿Será por desgana o por prever una pobre participación ciudadana?
Pues no creo, porque centenares de cordobeses llenaron la malagueña calle Larios para disfrutar allí de lo que añoramos aquí, pero claro, eso de ir fuera a engrandecer lo de allí y criticar lo de aquí es algo tan típico de nuestra ciudad como el flamenquín o el salmorejo, y si no cuando llegue la Semana Santa me cuentan cuántos somos los que vamos a la Semana Santa vecina, descuidando y abandonando la nuestra, pero qué le vamos a hacer, si es que somos muy dejados, y muy fáciles de convencer, y lo malo es que lo saben hasta los recién llegados, pregunten a la directiva del CCF que nos venden subir a primera sin gastar un céntimo y allí que nos tienen a todos con el campo lleno.
Pues no creo, porque centenares de cordobeses llenaron la malagueña calle Larios para disfrutar allí de lo que añoramos aquí, pero claro, eso de ir fuera a engrandecer lo de allí y criticar lo de aquí es algo tan típico de nuestra ciudad como el flamenquín o el salmorejo, y si no cuando llegue la Semana Santa me cuentan cuántos somos los que vamos a la Semana Santa vecina, descuidando y abandonando la nuestra, pero qué le vamos a hacer, si es que somos muy dejados, y muy fáciles de convencer, y lo malo es que lo saben hasta los recién llegados, pregunten a la directiva del CCF que nos venden subir a primera sin gastar un céntimo y allí que nos tienen a todos con el campo lleno.
Si es que nuestra ciudad es única, para lo bueno y para lo malo, es como el cofrade que se da golpes de pecho por su hermandad y sin embargo se da cuenta de que la Semana Santa está próxima porque le llega la carta para que retire la túnica, en fin, un mal vicio la dejadez. Sea como sea y con espalda de Baltasar o sin ella, la realidad es que estamos ya inmersos en este 2017 y nos empezamos a adentrar en este periodo que nos va removiendo poco a poco a los cofrades y que desemboca en esa cada vez más grandiosa cuaresma que culmina con nuestra semana mayor.
Estamos ya en esas fechas donde el frio de la noche no hace mella en los cuerpos, donde los cuellos se abrigan con arpillera y los pies se visten de lisas zapatillas, en el tiempo donde las igualas hacen pequeños los locales de ensayo y los reencuentros se sellan con abrazos y besos, en esas fechas, donde los costales a las trabajaderas quieren abrazar, y el crujir de la madera nos hace revivir momentos de pasión.
Estamos apenas a tres meses de la gloria, de esos días donde el incienso, la cera y el azahar tomaran un protagonismo especial, las campanas sonarán diferente, las calles iglesias se harán, altares abra en las esquinas girando con son y al compás, donde los balcones se volverán púlpitos para que el saetero les pueda rezar gritando a los cuatro vientos que Él nos vino a salvar.
Manuel Orozco
Fotos Hermandad Jesús Caído