Carlos Medina. Tal y como ha informado el medio vasco "Noticias de Gipuzcoa", el Cristo que tallara Juan de Mesa en el siglo XVI, bajo la advocación de la agonía, se encuentra ya en la capital andaluza tras recorrer más de 800 kilómetros. Una obra inconmensurable del cordobés que vio la luz en 1622 y que se ha trasladado a Sevilla para su restauración y posterior exposición en la capital andaluza.
Las labores de restauración correrán a cargo de la Galería de Arte Garduño, los cuales también se encargaron de trasladar el Cristo de Vergara a Sevilla, poniéndose manos a la obra para la exposición que podría realizarse en marzo (dependiendo de lo que tarde en realizarse dicha restauración) en la Iglesia del Santo Ángel de los Carmelitas Descalzos, donde se podrá contemplar al Señor juanmesino junto al de los Desamparados de Montañés y al del Seminario de Pablo de Rojas, de Granada.
Las tareas de transporte fueron complicadas, principalmente por la gran envergadura y peso del Cristo, de unos 2,10 m de altura y 110 kilos de peso, haciendo falta 5 profesionales de la galería para poder descolgarlo del altar en el que se encontraba y colocándolo en una caja con forma de cruz hecha a propósito para el viaje que haría el Señor de la Agonía. Según informaba Luis Garduño: "Es un tablero ignífugo e hidrófugo, acolchado térmicamente para evitar cambios bruscos de temperatura en la pieza. Va perfectamente sujeta y envuelta en papel tissue que previene cualquier tipo de adherencia y roces", responsable de dicha galería.
Prosiguiendo con el protocolo, el rostro del Cristo bergararra se tapó en presencia del responsable de patrimonio de la diócesis guipuzcoana, Koldo Apeztegi, que se desplazó hasta Sevilla para comprobar si efectivamente el crucificado que había llegado a la capital hispalense era el que llegó a Vergara en 1626, abriéndose y destapándose la caja solo en presencia del delegado diocesano de patrimonio.