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sábado, 14 de enero de 2017

El día en que fue bautizado Pedro Roldán, origen de una estirpe de imagineros


Jesús Pérez. Un día como hoy en la Parroquia del Sagrario era bautizado el afamado artista Pedro Roldán. Su nacimiento como cristiano ocurrió el 14 de enero de 1624. Aquel día nadie se imaginaba que uno de los mejores retablos de la cristiandad sería realizado por él y ocuparía el lugar donde se bautizó. Sus primeras lecciones de imaginería las recibió con 14 años en el Taller de Alonso de Mena en Granada. En esta ciudad permaneció hasta los 23 años cuando volvió a Sevilla, su ciudad natal que acogió la mayoría de sus obras.

La formación recibida de Alonso de Mena y los precedentes sevillanos de la escuela Montañesina le permitió crear un estilo elegante y de formas naturales y suaves que evolucionó a un mayor barroquismo. Actuó como enlace entre dos estilos: el clasicismo de Martínez Montañés y Juan de Mesa, y el barroco de Andrés Cansino y Francisco Ruiz Gijón. A parte de dejar un gran elenco de obras, creó una familia de artistas que siguió su estilo como su hija Luisa Roldán o su nieto Pedro Duque Cornejo.

Su obra está repartida en toda la geografía andaluza. En Córdoba podemos encontrar una Inmaculada en la Iglesia de los Padres de Gracia, Écija contiene un crucificado en la Iglesia de San Juan y el Cristo de la Expiración de la Iglesia de Santiago, Lucena tiene el Cristo Atado a la Columna de la Iglesia de Santiago, Marchena un San Miguel Arcángel, Medina Sidonia rinde culto al Cristo del Perdón de la Iglesia de Santa María la Mayor, El Puerto de Santa María guarda el San Juan Evangelista de la Hermandad de Jesús Nazareno, y Carmona presume de Jesús de la Coronación de Espinas conocido popularmente como el Cristo de la Esperanza. También otras ciudades tienen imágenes o relieves de Roldán. Es el caso de Alcalá de Guadaíra, Arcos de la Frontera, Jaén, Jerez de la Frontera y Montilla.

No hay duda que la mayoría de sus obras se encuentran en Sevilla. Entre las más conocidas está la Virgen de los Siete Dolores de la extinguida Cofradía de la Antigua, hoy sin culto, que se conserva en la Parroquia de la Magdalena. La Iglesia de San Vicente conserva el Arcángel San Miguel, un obra de 1’50m. que aún conserva sus pinturas y estofados originales. Uno de sus trabajos más impresionantes es el grupo de la Piedad, un relieve que estuvo en la Capilla de los Vizcaínos de la desaparecida Iglesia de San Francisco, hoy en el Retablo Mayor de la Parroquia del Sagrario de la Catedral de Sevilla; un conjunto de tres metros de ancho con nueve figuras dispuestas alrededor del Cristo muerto; una obra de madurez que muestra soltura y seguridad en la manera de distribuir las figuras, con un marcado estudio de la anatomía y la expresión. De su factura es la imagen del rey San Fernando que se conserva en la Sacristía Mayor de la Catedral. Otra de sus obras es Santa Ana y la Virgen de la Iglesia de Santa Cruz o la figura de San Roque, de 1,75 m que se muestra en el Retablo Mayor de la Iglesia del Hospital de la Caridad. Mientras, la Iglesia de San Isidoro alberga el Retablo de la Virgen de la Salud.

En la Semana Santa de Sevilla podemos contemplar varias obras suyas. Una es Nuestro Padre Jesús Nazareno de la Hermandad de la O, una talla que data de 1685, construida en madera de cedro policromada de 1,80 m. de alto y está tallada en cabeza, manos y piernas con cuerpo devastado. El policromado lo realizó Miguel Parrilla. La cruz de salida que porta el Nazareno es de perfil ochavado en carey y plata con remates esférico en los extremos y está realizada por José Domínguez siguiendo un antiguo diseño de Domingo Balbuena en 1731. Fue restaurado en 1936 por Castillo Lastrucci después de que en la Guerra Civil lo destrozaran. Más tarde, en 1993 Francisco Arquillo volvió a intervenir en la imagen.

El Señor del Silencio en el Desprecio de Herodes es otra obra de Pedro Roldán en 1698. Se trata de una escultura para vestir de madera policromada de 1’85m., aunque si bien no corresponde el cuerpo original ya que Juan Luis Vasallo le realiza uno nuevo en 1951 cambiando la posición de las manos que pasa de detrás hacia delante. Las manos son de Sebastián Santos, realizadas en 1935. La talla ha sufrido, a lo largo de los años, diversas restauraciones como las de 1881 por Emilio Pizarro de la Cruz, en 1913 y 1917 por José Ordóñez Rodríguez, en 1928 por Manuel Galiano Delgado, en 1959 y 1974 por Francisco Buiza, en 1980 por Francisco Peláez del Espino y en 1995 por Fuensanta de la Paz Calatrava en el Instituto Andaluz de Patrimonio Histórico de la Junta de Andalucía.

Fotos Benito Álvarez



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