Joaquín de Sierra i Fabra. Suspira el querubín al saber que tras una larga espera se anuncia la llegada de ramas de olivo que antecederán a las que el Domingo de Ramos se bendicen en las iglesias.
Suspiros alados porque, por muy buen tiempo que se anuncie, el ángel ya sabe que el Lunes Santo ya no se verá el sol y su ausencia frustra ya a algunos.
Suspira el ángel porque, por mucho que algunos pataleen en las modernas redes sociales, los que mandan nunca buscarán por Córdoba esencias o cualquier otro tipo de acordes musicales.