Carlos Gómez. Todos los que tenemos o hemos tenido a lo largo de nuestras vidas alguna vinculación con el populoso barrio cordobés de Ciudad Jardín, lo hemos soñado en más de una ocasión... que un día cualquiera de nuestra Semana Santa, bajo un sol de justicia, las puertas de la magnífica Parroquia de la Inmaculada Concepción y San Alberto Magno se abriesen de par en par para permitir avanzar hacia una calle rebosante de ilusión y barrio, a una cruz de guía que anunciase la inminente salida de Aquél al que todos los que nos hemos criado en aquellas calles alguna vez hemos ido a rezar en silencio, al que tantas veces nos dio la CONFIANZA precisa para perseverar en nuestro caminar cotidiano... a quién tanta veces imaginamos sobre un calvario de clavel rojo, caminando hacia al centro de Córdoba.
Eran tiempos en los que ni imaginábamos que muy cerca de aquel hogar, otra hermandad vendría para dar culto al instante en el que el Mismo Dios se hace presente en la Eucaristía y crecer a la ribera del barrio de nuestros mayores, ese en el que dimos nuestros primeros pasos, y en el que dejamos de ser niños a fuerza de tropezar y aprender de nuestros errores.
Decenas de veces surgieron intentos esperanzados, amortiguados o maniatados por razones más o menos válidas que ahora no viene al caso recordar. Porque lo realmente trascendente es que el sueño al fin parece posible, porque unos hombres y mujeres han logrado lo que muchos tantas veces deseamos y tantas otras creímos imposible. Asesorados por otros cofrades y con el incuestionable apoyo de la Parroquía, se ha creado un Grupo Parroquial alrededor del maravilloso crucificado que tallara Castillo Lastrucci en 1956 y que si todo avanza por el sendero que debe, se convertirá en la futura Hermandad del Santísimo Cristo de la Confianza, la Hermandad de Ciudad Jardín.
Ahora, décadas después de que sus primeros vecinos lo soñasen, y tras el intento fallido de los últimos años que culminó en la disolución de la Congregación de fieles del Cristo de la Confianza en octubre de 2015, una hermandad nacida del corazón mismo de uno de los barrios más populares de Córdoba parece volver a estar al alcance de la mano. Ya lo dice el refrán: "Nunca es tarde si la dicha es buena". Tengamos Confianza en Él... y que todo terminará haciéndose realidad. Hoy los hijos de Ciudad Jardín, estamos viviendo la historia... la historia de nuestro barrio, la historia de Córdoba... NUESTRA HISTORIA.