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lunes, 21 de octubre de 2013

La lluvia no impide una masiva asistencia al Vía Crucis Magno de La Rambla

La Rambla se erigió ayer en epicentro cofrade de Córdoba con un Via Crucis Magno que reunió en la localidad alfarera a cientos de personas llegadas desde toda la provincia y a las que ni siquiera la inoportuna lluvia que comenzó a caer a las nueve de la noche retiró.

Siguiendo la estela de la capital y de otros municipios, la Agrupación de Hermandades y Cofradías quiso sumarse con esta iniciativa a la conmemoración del Año de la Fe con una procesión que partió pasadas las 20.00 horas desde el Paseo de España. Todo transcurría con normalidad hasta que a las nueve de la noche una fina lluvia comenzó a caer, lo que obligó a proteger con plásticos algunas de las imágenes. Al cabo de un rato se decidió que cada hermandad regresara a su templo por el camino más corto.



Un total de ocho hermandades pusieron en la calle otras tantas imágenes, que permitían evocar las estaciones del Via Crucis, la última de las cuales estuvo protagonizada por el Resucitado de Miguel Arjona. La hermandad de los Remedios puso en la calle al Cristo de la Caridad, cuya cruz estuvo presente en todas las estaciones que rememoran los momentos más significativos. Especialmente llamativo resultó el acompañamiento musical del Señor atado a la Columna, a cargo de la Escolanía de la Basílica de San Juan de Avila de Montilla.

Tras el Santísimo Cristo de la Humildad iba la hermandad de Nuestra Señora en su Desconsuelo. Y especialmente significativa fue la participación de Nuestro Padre Jesús Nazareno, concebido en 1622 por Juan de Mesa.

El pasaje de la muerte de Jesús estuvo representado por dos corporaciones: la del Santísimo Cristo de la Expiración y la del Señor Yacente.







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