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lunes, 25 de noviembre de 2013

El Viejo Costal: Dar, siempre dar…

Nuestras reglas fijan como necesarios siete pilares fundamentales, son siete las finalidades de nuestra hermandad, y estos son:

El primero: fomentar el amor a Jesucristo, fomentar el cumplimiento de su mensaje evangélico de amor, paz y unión entre los hombres.

El segundo: Hacer que los cofrades sigan el ejemplo de Jesús, cultiven el amor al prójimo, que formen una verdadera hermandad prestando la ayuda que este al alcance de su mano a cuantos la necesiten.

El tercero: Fomentar la devoción a Ntro. Padre Jesús de la Humildad y Paciencia, y a María Santísima de la Paz y Esperanza, procurando que esta devoción se traduzca en la práctica de las virtudes cristianas.

El cuarto: Tributar culto de la forma más solemne posible a las imágenes de nuestros sagrados titulares.

El quinto: Mediante actos formativos y culturales facilitar el perfeccionamiento espiritual y humano.

El sexto: Para mejorar estos objetivos intensificar el contacto con otras entidades de iguales o semejantes fines.

El séptimo: realizar tantas cuantas actividades tiendan a elevar el nivel espiritual y humano de los cofrades.


Al menos así creo recordar con mi pobre memoria, que quedaron fijadas las finalidades de nuestra hermandad, en las reglas que tuvo a bien autorizar el Reverendísimo D. Francisco Javier Martinez Martinez.

Qué difícil es el cumplimiento de nuestras finalidades, “prestando la ayuda que esté al alcance de sus manos, a cuantos la necesiten”, he aquí que aparece la caridad, la necesaria caridad, y especialmente, que no debía de ser así, ahora, en las próximas fiestas de Navidad.

¿Vamos a prestar todos la ayuda que esté al alcance de nuestras manos a todos los que la necesiten?, que difícil, y al mismo tiempo que fácil, ¿Qué vamos a hacer?.

San Alberto Hurtado decía: “Dar, siempre dar, hasta que se nos caigan los brazos de cansancio”

¡Qué solución más buena! y simple, ahora recuerdo las operaciones realizadas hace décadas, unas por los hermanos del Grupo Joven, otras por los hermanos del Coro, creo recordar haber visto incluso un burro enjaretado y armado de serones, que bendecido con la caridad de los hermanos, iban llenos, para felicidad de los que no tenían, y haber visto a un grupo de jóvenes, alrededor, cantando felices.

Pero eran otros tiempos, menos crisis, menos necesidades, quizás algo más de trabajo, quizás algo más de caridad, de amor cristiano, no se, de todas formas no es importante, lo importante para el que no tiene, es el día, y el día es hoy, ahora, ya…

Tenemos necesidad de agrandar nuestra caridad, no por nosotros, no por nuestras finalidades, no por ser “mejores”, tenemos que agrandar nuestra caridad por nuestros hermanos, que hoy por hoy, necesitan de ella.

Tenemos que desentendernos de las personas que no saben ni quieren saber de las necesidades ajenas, de los que solo sienten las suyas propias, y desde nuestra Hermandad tended una mano constante a quien le haga falta.

Tenemos que inventar cada día una forma distinta de conseguir medios para darlos a quien no los tiene, tenemos que idear cada día como deshacernos de lo que no sea vital para nosotros, de enseñarle a nuestro hermano, que si no le es vital, hasta puede regalarlo, darlo, donarlo, siempre de forma gratuita, que no pierde lo que tiene, que lo comparte con un hermano.

No se trata de prestar, que he vivido como alguien para ayudar a su semejante, le prestaba, para luego cobrarlo, no, se trata de dar, dar siempre.

Es tan fácil, es tan difícil, es… una cosa desconocida para nosotros, quiero desde estas líneas que lo pongamos en práctica, no midas si tienes de sobra, mide lo que tiene tu semejante, y si es menos, comparte lo tuyo, te aseguro que no serás más rico, pero si serás mucho más feliz, tú y tu hermano.

Quiero desde estas líneas pedir a cada hermano algo de caridad, caridad cristiana, caridad desinteresada, caridad para el que no tiene, caridad, siempre caridad, en estas fechas y durante toda nuestra vida, más difícil aún, “Dar, siempre dar, hasta que se nos caigan los brazos de cansancio”.

Y para esta caridad nada mejor que formar parte de un grupo, costaleros, coro, escolanía, junta de gobierno, nazarenos, celadores, hermanos, cofrades, cristianos, etc., ¿Quién se apunta a prestar su ayuda, a todos los que la necesiten?.


Paz y bien.



Antonio Alcántara Zafra












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