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lunes, 30 de diciembre de 2013

Antonio López de Letona: "Se agradece la devoción del barrio a las imágenes después de tantos años"

Antonio López de Letona es hermano de la Hermandad de las Angustias desde 1983, ha sido rector de Cultos y Tesorero. Elegido Hemano Mayor por primera vez en el 2008. Actualmente ocupa el cargo de Hermano Mayor en su segundo mandato.


El Obispado de Córdoba ha confirmado mediante decreto el traslado de la sede canónica de la cofradía de las Angustias a San Agustín, tal y como aprobó el cabildo extraordinario de hermanos celebrado el pasado domingo. ¿Satisfecho?

Muy contento, después de muchos años de trabajo, no solo de esta junta de gobierno sino de algunas anteriores, se ha visto culminado nuestro trabajo con éxito y con un apoyo muy mayoritario de los hermanos.

¿Qué pensó cuando se hizo pública la votación?

--Mucho agradecimiento, me acordé de la Virgen y pensé, por lo reciente de su pérdida, en nuestro hermano Pepe Murillo, que seguro que hubiera estado muy satisfecho.

¿Cómo cambiará este acuerdo en la hermandad?

Este acuerdo propone una renovación completa, pretendemos una hermandad abierta, participativa, donde los hermanos puedan acudir cada vez que lo deseen sin limitaciones de apertura de horario del templo, como ocurría en San Pablo.

¿Para cuándo podremos ver a la Virgen en su camarín?

Pues en el momento que se den todos los requisitos de seguridad que hacen falta. Hay que ponerle algunas medidas de protección, así como la iluminación de la Virgen, yo calculo que en mes y medio o dos meses estamos en San Agustín.

¿Cómo se imagina la salida de la Virgen de San Agustín el próximo Jueves Santo?

Solo imaginar la iglesia de San Agustín un Jueves Santo con el paso con la cera encendida y los nazarenos en aptitud de oración previa a la estación de penitencia me produce mucha emoción.

Una vez en San Agustín ¿se planteará la cofradía bajar a la Catedral?

Por supuesto, hasta ahora no se ha hecho porque San Pablo era un punto intermedio entre San Agustín y la Catedral y la hermandad optó entonces por mantener vivas sus raíces con el barrio, pero con la mirada siempre puesta en la Catedral.

¿Qué echará de menos de la iglesia de San Pablo?

Muchas cosas. Lo primero, la hospitalidad que los Claretianos han tenido con nosotros, mil vivencias que cada uno de los hermanos se lleva. No podemos olvidar que el paso por San Pablo no ha sido cualquier cosa, han sido 53 años, por lo que es lógico que se hayan generado recuerdos y mucho cariño y afecto entre la cofradía y los Claretianos.

En este caso ha sucedido algo inusual como es que un movimiento vecinal se una para pedir la vuelta de la imagen ¿Cómo valora este hecho?

Es muy positivo, porque para una hermandad y para la Iglesia en sí las personas son fundamentales y en este caso estamos hablando de personas que reclaman la presencia de una imagen para rezar, no estamos hablando de un movimiento vecinal para arreglar una calle o para poner una farola, estamos pensando en devociones y sentimientos y el hecho de sentirte querido y que las imágenes despierten esa devoción después de tantos años para nosotros es muy importante y estamos muy agradecidos.

Para finalizar ¿quisiera añadir algo?

Pues que estamos convencidos de que va a ser para bien, que la hermandad, con todos sus hermanos, con todo su bagaje, es la que se traslada y nadie debe de sentirse excluido. Una vez más, reiterar nuestra gratitud a los Claretianos.














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