Seis meses después de anunciar que todas las bandas de música tienen ya su local de ensayo, la banda de las Cigarreras se ha vuelto a quedar en la calle, aunque las negociaciones con el Ayuntamiento están abiertas y ambas partes esperan llegar a un acuerdo dentro del buen clima de entendimiento entre ambas entidades.
Pero la realidad es que la última orden de desalojo que ha recibido la banda tiene como fecha tope el próximo 18 de marzo, cuando las dos bandas y la escuela de música (unas cuatrocientas personas contando a los familiares de los niños) tendrán que abandonar las actuales instalaciones de los bajos de Marqués del Contadero para buscarse otro local de ensayos. Una responsabilidad que, según el director de la banda de las Cigarreras, es del Ayuntamiento, tal y como consta por escrito.
El pasado verano, ambas partes acordaron la cesión de una parcela en el Charco de la Pava, junto a unas instalaciones del IMD, para que las Cigarreras instalase allí su local de ensayo. Sin embargo, esta cesión se ha frenado después de que el Ayuntamiento haya alegado que no dispone de fondos para urbanizar el solar, que contaba con mil metros. Las arcas públicas iban a abonar la instalación de un suelo de hormigón así como las canalizaciones para la luz, el agua y el alcantarillado, un proyecto que, por el momento, se ha desechado.
Una de las aspiraciones de la banda ha sido poder ensayar en el inmueble cultural de la calle Becas, un centro del ICAS que ha sido conservatorio y que dispone de salas insonorizadas en las que se podría albergar a las bandas y a su escuela de música, y donde está ubicado el Consejo de Bandas. Sin embargo, se trata de una solución que no convence a los responsables municipales.
Las Cigarreras ha presentado una alegación al Presupuesto del Ayuntamiento para que se incluya una partida que sufrague su traslado al nuevo local, pero el Gobierno local la ha desestimado.
