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sábado, 12 de abril de 2014

El Solemne Besamanos en honor de Ntro. Padre Jesús de las Tres Caídas de San Isidoro (Sevilla)


Fantástico reportaje de nuestro colaborador Andy Fresno (Esencias Cofrades) del Solemne Besamanos en honor de Ntro. Padre Jesús de las Tres Caídas Titular de la Antigua e Ilustre Hermandad del Santísimo Sacramento y Pontificia y Real Archicofradía de Nazarenos de Nuestro Padre Jesús de las Tres Caídas, Nuestra Señora de Loreto y Señor San Isidoro de Sevilla, conocida comunmente como Hermandad de Tres Caídas de San Isidoro.

En el año 1605 se establece por vez primera esta Corporación en la Iglesia de San Benito de la Calzada con el fin de hacer penitencia y obras pías. No obstante, al solicitar hacer estación de penitencia no se le concede el permiso, por lo que elaboran nuevas Reglas en 1629, que les son aprobadas teniendo la Virgen la advocación de Nuestra Señora del Arco.



La Hermandad se traslada en 1631 a la parroquia de San Roque, entrando allí en contacto con una congregación del gremio de los cocheros de Casas grandes de Sevilla. Más tarde pasa a la iglesia de Santiago el Viejo, y en 1670 a su sede actual de la iglesia de San Isidoro, una capilla del patronato de los Olivares que pasó en 1717 a su propiedad por cesión gratuita.

Muestra de la afinidad a que habían llegado con el gremio de los cocheros, es el Memorial que dirigen al rey Felipe V en 1733 pidiendo que el oficio de cochero no sea un impedimento para entrar en cualquier trabajo. No obstante esta unión se volvería bastante incómoda con la aprobación de las nuevas Reglas del año 1788, donde ya se establecía la actual advocación de su Dolorosa, y donde los cocheros trataron de abarcar todo el gobierno de la Cofradía sin permitir la entrada a ella de otros fieles.


La Hermandad hizo estación de penitencia durante un tiempo en la madrugada del Viernes Santo, siendo 1753 el último año que saliera en ese horario. En los primeros años del siglo XIX decae la Cofradía, que se reorganizó en 1832, volviendo a decaer de nuevo al poco tiempo. Finalmente es en 1872 cuando la vida de esta Hermandad se reanima llegando así hasta los tiempos actuales, con distintas realizaciones de tipo material de gran importancia, donde se fija el estilo con el que hoy se la conoce.

En 1920 la Virgen de Loreto es nombrada patrona de los ejércitos del aire, dando así comienzo a una profunda unión con el ejército del aire y sus componentes, muchos de los cuales entran a formar parte de la Hermandad.


En 1960 modifican sus Reglas para adaptarlas a las nuevas circunstancias de la iglesia; y en 1975, y por motivo de la decadencia en la que estaba sumida la Sacramental de la parroquia, se realiza la fusión de ambas. 

La Hermandad procesiona con dos pasos, que aparecen presididos por sus imágenes titulares, Nuestro Padre Jesús de las Tres Caídas y Nuestra Señora de Loreto. En el paso del Cristo procesiona también una imagen del Cirineo, una obra excepcional tallada por Francisco Antonio Ruiz Gijón, autor también de la talla del Cristo, de gran expresividad barroca; tallado de cuerpo entero e interpretado con gran realismo y minuciosidad.


La Hermandad, que en el año 1668 se trasladó desde la iglesia de Santiago el Viejo hasta la parroquial de San Isidoro, tuvo que dejar allí su anterior talla titular realizada por Pedro Nieto en 1632 y contratar la realización de una nueva imagen para su Corporación.

Por ello se encargó un nuevo Cristo a Alonso Martínez, quien falleció en ese mismo año. Nueve años después, en 1687, la Hermandad contrató con el escultor utrerano Ruiz Gijón la creación de un paso con la insignia del Cristo de las Tres Caídas con la cruz a cuestas y la imagen de un Cirineo, por un importe de 2.600 reales.


Así surgió la imagen de este Nazareno, caído y con la cruz a cuestas; una escultura realizada en madera policromada para vestir de 1,15 metros de alto, que en realidad no se corresponde con el buen hacer del artista utrerano, y más aún si se compara con la magnífica talla del Cirineo que le acompaña.

Esto hace pensar que el artista quizás sólo retocó y acabó la escultura ya iniciada por Alonso Martínez; o bien, si hizo una nueva puede que después de múltiples restauraciones se hayan modificado sus facciones primitivas. Sea como fuere, es claro que la imagen responde a los cánones estéticos y formales de la segunda mitad del siglo XVII.

De entre las últimas restauraciones y modificaciones que se tienen datos ciertos, está la realizada por Francisco Marcos en 1928 cuando le confeccionó un nuevo cuerpo para sustituir al candelero original, siendo a su vez Manuel González Santos el encargado de la policromía. Años más tarde, en 1974, José Rivera García restituyó la antigua encarnación tapada por repintes posteriores, retalló la cabellera y le dotó de una nueva corona de espinas.


Nuestro Padre Jesús de las Tres Caídas se venera en su capilla de la iglesia de San Isidoro de Sevilla, y realiza su estación de penitencia hasta la catedral en la tarde-noche del Viernes Santo, seguido en su paso de palio por la Virgen Nuestra Señora de Loreto.

Procesiona acompañado por una imagen del Cirineo, una obra excepcional tallada por Francisco Ruiz Gijón, de gran expresividad barroca, tallado de cuerpo entero e interpretado con gran realismo y minuciosidad. Este es sin duda uno de los personajes secundarios mejor conseguidos de la Semana Santa sevillana, que puede verse en un lateral de la propia iglesia de San Isidoro.








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