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domingo, 8 de junio de 2014

La Virgen del Rocío, 95 años coronada


Unas 25.000 personas asistieron a la coronación.

La Coronación canónica de Ntra. Sra. del Rocío, tiene lugar en 1919, tras partir la idea del canónigo de la Catedral Hispalense, Juan Francisco Muñoz y Pabón, insigne rociero, que hace público su deseo en un célebre artículo, publicado en la prensa andaluza de la época, titulado “La pelota está en el tejado”.

Esta idea no cayó en vacío y a partir de ella comenzaron a llegar centenares de adhesiones a la misma como la del Alcalde de Almonte, Juan Acevedo o Manuel Siurot entre otras.

La corona


El 2 de junio de 1918 se recibió en El Correo de Andalucía un nota de la Junta de la Coronación que daba cuenta del primer donativo de un joven de Rociana, J.Jiménez Molina, que entregaba la mejor alhaja de su difunta madre.

La corona de la Virgen fue obra de Don Ricardo Espinosa de los Monteros, utilizándose más de dos kilos y medio de oro, que provenían de donaciones particulares. En una primera reunión de la Junta, celebrada en el palacio arzobispal, no hubo acuerdo en el modelo pues D. Juan Francisco Muñoz Pabón se opuso al presentado por la Srta. María Almaraz y Santos, ya que el Lectoral proponía que fuese una reprodución de la que adorna la imagen de la Inmaculada en la Catedral sevillana, obra de Arfe; por lo cual se acordó se celebrase una nueva reunión para llegar a un acuerdo.

En una segunda Junta, celebrada en diciembre de 1918, se acordó aceptar la propuesta de Muñoz y Pabón con algunas modificaciones, como el cambio en la cruz, añadir doce estrellas e imperiales. En los últimos días de mayo de 1919 en el escaparate de la Casa Izquierdo en la calle Francos de Sevilla, se expuso la corona. Realizada en oro macizo y con gran cantidad de piedras preciosas, destacando entre ellas, un anillo del Cardenal Almaraz, otro del Nuncio de S.S., un alfiler de corbata de D. Manuel Pineda, y un brillante del Sr. Burgo Mazo.

Su peso es de 88 onzas y contiene 240 brillantes, 14 esmeraldas, 38 rubies, 3 topacios, 3 zafiros, 5 perlas grandes y numerosas perlas y diamantes pequeños. Su valor en ese tiempo era de 100.000 pesetas aproximadamente

Con las joyas que no se pusieron en la corona y la plata sobrante, se fabricó un hermoso rostrillo. Igualmente con los fondos recaudados se restauraron las ráfagas y la media luna de plata que Tello de Eslava donara en el siglo XVIII.

La corona del Niño, obra de Don José de los Reyes Cantueso, fue donada por la familia de Don Ignacio Cepeda, Vizconde de La Palma. Confeccionada en la joyería sevillana de Sobrinos de Reyes. Contiene 35 perlas grandes redondas y perfectamente iguales, once brillantes grandes, cuatro amatistas y una gran cantida de brillantes pequeños. Su valor aproximado en aquella época fue de 15.000 pesetas

El Acto de la Coronación

El 6 de junio a las tres de la tarde pasó el Cardenal Almaraz por Almonte y a las seis llegaba a la Aldea del Rocío siendo aclamado por la multitud que lo esperaba. Le acompañaban: D. Juan Fco. Muñoz y Pabón, el Sr.Provisor del Arzobispado, D. Miguel Castillo Rosales, el secretario de Cámara y Gobierno, D. Eugenio Almaraz y Santos, el Capellán de S.E. D. Ildefonso Caraballo y los familiares Sres. Silva y Fdez. Carrión. Fue recibida su Eminencia por la Hdad. de Almonte, entrando en la iglesia y orando ante Ntra. Sra.

El sábado 7 de junio celebró Santa Misa en el altar de la Stma. Virgen y alrededor de las seis de la tarde comenzó la entrada de Hdades. recibidas en el atrio por la matriz de Almonte.

A las cinco de la mañana del 8 de junio de 1919 la Sagrada Imagen de la Virgen era trasladada al estrado que se había preparado en el Real para su coronación. A las diez en punto llegó el Cardenal y comenzó el acto. Primero el Sr.Cardenal leyó la autorización pontificia, bendijo la corona y tomó juramento a los señores que actuaron: de notario, D. José Moreno Soldán, hermano Mayor de La Palma y de testigos : D. Manuel Márquez Gómez, cura párroco de Almonte; D. Juan Acevedo Medina, Alcalde; D. José Villa Báñez, presidente de la Hdad. Matriz y D. Ignacio de Cepeda y Sódan.; de que habían de custodiarla fielmente.

El Cardenal Arzobispo ofreció la homilía y llegó al momento solemne de la Coronación: Una vez coronado el Niño, Don Juan Fco. Muñoz y Pabón ofrece al Cardenal la corona de la Virgen y con solemnidad lal pone en las Benditas Sienes de Ntra. Sra. diciendo: “Así como te coronamos en la tierra, merezcamos, por tu intercesión ser coronados en el Cielo” ERAN LAS ONCE Y CUARTO DE LA MAÑANA. En el momento de la coronación se calcula que habrían de 20 a 25.000 personas.


A continuación, entre grandes aclamaciones, vivas y vítores a Ntra. Sra. se inició la procesión hasta la Ermita.





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